Después de una racha de no anotar, Gignac despertó con un triplete en el Volcán
Autogol de Verón y un tanto de Delort sentencian el partido
El marcador pudo ser más amplio, pero los locales no concretaron
Los auriazules, sin capacidad de reacción
Domingo 27 de noviembre de 2016, p. a13
Monterrey, NL.
Pumas fue arrasado por Tigres en el Volcán. No, en realidad fue aplastado por un vendaval llamado André-Pierre Gignac, quien marcó un triplete en el 5-0 con el que los de la Universidad Autónoma de Nuevo León avanzaron a la antesala del título.
Ni un asomo de que los auriazules podían avanzar a semifinales, por el contrario, se hundieron en una pesadilla impensable en la que el francés se cebó con tres tantos, más un autogol de Darío Verón y el pilón del otro galo, Andy Delort.
Pumas llegó al Volcán con la firme convicción de que podía dar la sorpresa a los peligrosos Tigres. No era poco para un equipo que tuvo problemas para ganar fuera de casa. En el territorio seguro que fue Ciudad Universitaria, el cuadro de Ricardo Tuca Ferretti había sacado el empate 2-2, por lo que el global quedó 7-2.
La voluntad se les quebró muy pronto; al minuto cuatro, Gignac, quien hacía tiempo no anotaba, regresó al gol justo en este duelo. Lo hizo de una manera que por lo elaborado resultó oneroso para los del Pedregal. Javier Aquino, desdoblado en un estupendo pasador, jaló la pelota y la filtró al área chica, donde llegó puntual el francés.
Con ese tanto las posibilidades de los auriazules se complicaban, pues tenían que remontar o, al menos, empatar a tres goles para seguir con vida. El nerviosismo empezó a ser notorio, con todo Pumas volcado en territorio de Tigres, buscando con cualquier recurso, así fueran tiros de esquina que hacían de todos los hombres se volvieran delanteros en potencia.
Pero Tigres siempre estuvo rondando el segundo tanto. Ismael Sosa la tuvo cerca cuando le filtraron una pelota, ante un Verón lento, pero el disparo dio en la espalda de Abraham González y lo tapó.
Casi de inmediato Aquino desperdició una oportunidad envidable, cuando logró escabullirse, recortó y venció al Pikolín Palacios, pudo pasarle la pelota a Gignac, que estaba al lado, pero eligió la personal y Josecarlos van Rankin alcanzó a meterle la pierna y arruinar el gol.
Todo fue cuestión de esperar. Al minuto 25 Juninho envió un centro para Gignac, pero en el trayecto de la pelota apareció Verón, quien punteó y terminó empujándola en su portería. Con ese tanto, Pumas quedó obligado a hacer algo que desde el principio parecía una tarea cuesta arriba: anotar tres goles.
Poco después, ya inspirado, Tigres estuvo a punto de meter el tercero, cuando Sosa disparó con gran artificio desde afuera del área y la pelota se estrelló en un poste.
Al volver del descanso, Francisco Palencia movió su primera pieza y envió al campo a Pablo Barrera para dar más opciones en el ataque, pero no imaginaba que el peor escenario posible se le vendría encima con la lluvia.
Gignac despertó en su mejor versión y después de un par de intentos fallidos, el francés sacó su repertorio de lujo.
Al 75 bajó el balón con el pecho y definió con un derechazo cruzado para el 3-0. Como si no bastara, cuatro minutos después regresó al área para anotar el 4-0 con la zaga descompuesta y el arquero descolocado.
Como puntilla, Jürgen Damm envió un pase que fundió en la portería el otro francés, Andy Delort, para sentenciar el 5-0.