La obra se presenta en el Wilberto Cantón
símbolo y espejo de la caída del país
Miércoles 23 de noviembre de 2016, p. a11
Para Rosa Helena Ríos (Ciudad de México, 1957), el teatro refleja al espectador. La dramaturga y actriz estrenó el pasado 22 de noviembre La alcantarilla, tragicomedia de su autoría, en el teatro Wilberto Cantón, de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem).
Su formación teatral se inició con Seki Sano, llamado Padre del teatro mexicano; estudió en el Instituto de Arte Escénico y en talleres de Manolo Fábregas. También se formó como escritora en la Sogem.
Sobre La alcantarilla, obra publicada en México (Eterno Femenino Ediciones, 2016) y República Dominicana, señaló: Como socia de la Sogem me han dado la oportunidad de usar el teatro para presentar esta obra, sobre la historia, los problemas y sueños de 10 diferentes personajes que viven en una vecindad del Centro Histórico
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La alcantarilla para ella es un símbolo: el hoyo donde caemos cada vez de forma más profunda debido a la realidad socioeconómica. Los personajes presentan al espectador un espejo, una faceta de todos nosotros, la de una vida que carece de condiciones favorables, porque cada vez somos más pobres, según indican las estadísticas oficiales
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–¿Cómo se financió su obra?
–Con la plataforma Fondeadora, exitosamente llegamos a nuestra meta; la fundación Pascual nos apoyó con impresiones, y tenemos algunas funciones vendidas. Sin embargo, seguimos buscando patrocinios, porque no queremos depender de la taquilla.
“Pensamos contribuir a la reflexión. Nos interesa que grupos de estudiantes de secundaria o preparatoria asistan para que a partir de lo que ven en escena hagan mesas de trabajo, pues La alcantarilla también habla de derechos humanos, como problemas de género, prostitución y algunos que atraviesa la comunidad travestista.
Reflexión y análisis
Mi teatro es de mexicanos para mexicanos, y es de reflexión y análisis. La idea es que la gente vaya, que se mire a sí misma.
La productora considera que ahora los muchachos están demasiado inmersos en un universo que no existe. El mundo globalizado se ha vuelto virtual, en el que están aislados, muy solos; ni siquiera se comunican entre ellos
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–¿No es un poco suicida dedicarse al teatro independiente en México?
–Generalmente todos los que nos dedicamos al teatro independiente tenemos otros trabajos. No podemos vivir del teatro. Definitivamente, si estamos en él es porque lo amamos y porque no podríamos entender la vida sin él. Por ejemplo, en La alcantarilla, donde soy coproductora y directora, además de buscar patrocinios, puse de mi bolsa.
Por eso, los apoyos son muy importantes, porque no podemos apostarle sólo al ingreso por taquilla, pues no sabemos cuántos van a ir a ver las obras
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La alcantarilla se presenta en el teatro Wilberto Cantón, localizado en José María Velasco 59, colonia San José Insurgentes. Las funciones son los martes a las 20 horas. La temporada concluirá el 28 de febrero de 2017.