Juchitán, Oax.

Con música, poemas y canto, artistas zapotecos conmemoraron el centenario de Nazario Chacón, poeta juchiteco que con sus versos conquistó escenarios nacionales y escribió diversos libros en su lengua materna, el zapoteco, que luego fueron traducidos al castellano.

La Casa de la Cultura de Juchitán fue el recinto que abrazó este cúmulo de arte y música dedicado al poeta, cuyo recuerdo sigue vivo.

Nazario Chacón Pineda (1916-1994) estudió en la Escuela Nacional de Maestros. Publicó Estatua y danza (Imprenta Escuela Nacional de Maestros, 1939); Perdida soledad, arte de América (1946); Canción de la sangre (Finisterre); Ecuador 0°0’0” (1962); Poesía de Nazario Chacón Pineda (ediciones Toledo, 1991), y Fuego nuevo (Praxis, Dánae, 1999).

El acto de celebración comenzó con las notas de la banda de música de la casa de cultura, fundada por el artista plástico Francisco Toledo, donde los niños y jóvenes interpretaron un par de temas que emocionaron hasta al más necio corazón para envolverlo en la lectura de poemas zapotecas.

Organizado por el Instituto de Cultura Zapoteca, el ayuntamiento local y la Casa de la Cultura, el acto contó con la participación de los poetas Claudia Guerra, Marina Meneses, José Alfredo Escobar y Víctor Terán.

Los asistentes apreciaron un video donde se plasmaron letras del poema Canción de la sangre, en el cual se conoció de cerca el gran sentimiento que guardan los textos y versos del homenajeado.

Al tributo a Nazario Chacón asistieron sus tres hijos: Deifilia, Margarita y Enrique, quienes agradecieron a los asistentes la oportunidad de celebrar a su padre.

Los hermanos Chacón interpretaron un tema con el acompañamiento de niñas y niños que tocaron instrumentos prehispánicos para recordar el gran talento de su padre, quien, manifestaron, escribió su primer poema a los 10 años y su primer libro a los 18.

Asimismo, la cantante Martha Toledo provocó que los asistentes se unieran en coro para interpretar La llorona, mientras los hijos del poeta comenzaron un baile festivo, al que se unieron otras personas.

El director del Instituto de la Cultura Oaxaqueña leyó un texto enviado por el pintor Alfredo Cardona Chacón, sobrino de Nazario, donde se recordó una anécdota: “Mi padre me contó que con motivo del efímero noviazgo de Diego Rivera y María Félix, la esposa de aquél, Frida, le ofreció una comida a ‘los novios’, en la cual Nazario alzó la mano, como niño en la escuela, pidiéndole permiso al maestro para besar a ‘la novia’. El gran pintor accedió y nuestro poeta le dio un tremendo beso en la boca a La Doña, causando el asombro de todos los comensales, la risa del propio Diego y el gozo de Frida (todo mundo pensó que el beso sería en la mano)”.

Fue una gran velada en la que las voces de los poetas, músicos, organizadores y asistentes se fusionaron para recordar a Nazario Chacón como uno de los grandes autores de esta tierra zapoteca.