n su papel de guarura verbal, el senador Sofío Ramírez Hernández salta de nuevo al ring político y refuerza su defensa en favor del ex gobernador Ángel Aguirre Rivero, a quien no sólo ampara, sino se transforma en juez para exonerarlo de toda responsabilidad en la desviación millonaria que detectó la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en su desempeño como jefe del Ejecutivo estatal.

Primero demandó que la ASF finque responsabilidades administrativas fiscales y penales al ex gobernador Rogelio Ortega Martínez por las omisiones en que incurrió al no presentar las comprobaciones en las cuentas del gobierno de Aguirre Rivero, pero se cuida de precisar si planteó esa demanda ya como senador ante las autoridades de justicia o su postura es sólo mediática.

Va más allá: Vamos a pedir una profunda investigación al gobierno de Rogelio Ortega, pero no aclara cuándo, no obstante que hace días que la ASF sacó a la luz el desvío de Aguirre Rivero.

No descartó, por otra parte, un manejo político en la exhibición de las cuentas de Aguirre, porque no deja de coincidir, dijo, que apenas Aguirre Rivero se presentó en Acapulco, la ASF difunda presuntas irregularidades.

El legislador se duele de un manejo político, cuando es precisamente lo que él está haciendo, porque no se ha sabido que su amigo Aguirre Rivero haya asumido su responsabilidad y esté respondiendo, como debe ser, a la autoridad que reclama la devolución del dinero faltante.

Sofío responsabiliza al gobierno de Rogelio Ortega de no entregar en tiempo y forma los requerimientos, información y programas sociales, echando así leña al fuego mediático, en tanto que la defensa que debería asumir es la jurídica y esa debe llevarla a cabo ante la ASF, la cual determinará, al final, quién es responsable del faltante de 8 mil 698 millones de pesos, si es que no es Aguirre.

Bien puede patalear y manotear Sofío Ramírez, pero por lo pronto la ASF tiene en la mira a Aguirre Rivero. Si no es responsable, ¿para qué tanta boruca?