En las filas de Acción Nacional (PAN) no sólo hay un debate sobre quién debe ser el candidato a la Presidencia de la República, sino también sobre el método para elegirlo. Los estatutos panistas prevén tres posibilidades: elección en comicios internos, votación abierta a la ciudadanía o designación.

En corrillos del blanquiazul se plantea que en un proceso entre la militancia el presidente Ricardo Anaya llevaría ventaja, pues tiene en sus manos gran parte de la estructura partidista y ha negociado con las corrientes estatales, que manejan grupos corporativos de votantes.

Aunque Margarita Zavala cuenta con el apoyo de varios panistas y en algunas encuestas se le coloca como la más aventajada, incluso arriba del dirigente de Morena, Andrés Manuel López Obrador, sus posibilidades de triunfo en una primaria interna serían escasas, ya que no tiene control sobre la mayoría de las dirigencias locales.

De abrir la elección a la ciudadanía los panistas ven el riesgo de que otros partidos busquen influir en el resultado, es decir, que maniobren para favorecer a un candidato que resulte fácil derrotar en la elección constitucional. No son pocos los militantes que colocarían al gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, como posible triunfador en este mecanismo.

Para otros militantes, el mejor método para definir al abanderado presidencial es la designación, basada en las preferencias electorales que los aspirantes tienen entre la ciudadanía. Ello implicaría el consenso de las agrupaciones que disputan el cargo, afirman fuentes del instituto político.

Más allá de que las corrientes discuten cuál de las tres posibilidades favorece a sus candidatos y han empezado a presionar para que se apruebe el que les conviene, los aspirantes a Los Pinos se han dado a la tarea de recorrer el país en una precampaña que se pretende disimular con poco éxito.