Yautepec, Mor.

Los padres de Alejandro, Emiliano, Francisco y Melesio, estudiantes que fueron asesinados entre la noche del 1º y madrugada del 2 de noviembre, celebraron una misa y colocaron cuatro cruces en el paraje El Caracol, ubicado en el poblado La Nopalera, Yautepec, donde fueron hallados los cuerpos de los adolescentes.

Llegaron en caravana alrededor de las 8 horas del sábado, junto con familiares y alumnos de la preparatoria de Jojutla, donde las víctimas cursaban primero y segundo años. Después de la misa, los asistentes demandaron a las autoridades justicia por los crímenes que se cometieron contra los universitarios.

También colocaron las cruces de los cuatro jóvenes en la entrada del predio situado en El Caracol.

Según la fórmula de imputación –acto mediante el cual la fiscalía comunica a una persona que lo investiga como presunto autor de un delito–, las cuatro victimas festejaban el cumpleaños de Francisco en La Casa del Terror, ubicada en el centro de Ticumán, pero a las 23:30 del 1º de noviembre salieron de ahí con cuatro acompañantes, entre ellos la hermana de Melesio.

Afuera de la tienda Gutiérrez, ubicada en el centro de Ticumán, Tlaltizapán, las cuatro víctimas decidieron dar serenata a la novia de uno de ellos, residente de esa localidad. Los otros cuatro jóvenes los esperaron en una esquina del zócalo de esa ciudad, cerca de un sitio de taxis.

Ahí, los cuatro acompañantes vieron que el automóvil Sentra en el que viajaban Melesio y sus tres amigos era perseguido por un Jetta café en el que viajaban varios sujetos. El 2 de noviembre los jóvenes aparecieron muertos en un paraje de Yautepec.

La noche del sábado continuaba la audiencia de vinculación a proceso de los tres acusados de asesinar a los estudiantes, pero a puerta cerrada.