El tratamiento para evitar el VIH no está disponible en el sistema público de salud en México, y para que ello suceda faltan todavía algunos años. Por el momento, hay un uso informal de ese costoso medicamento.

Ricardo Baruch, del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), apuntó ayer que el alto precio –que va hasta los 10 mil pesos mensuales– y el recorte al presupuesto dificultan que pronto sea otorgado de manera gratuita.

A duras penas tenemos para quien ya vive con la enfermedad. La prevención se suele dejar del lado, a pesar de que es mucho más barato hacer algo antes, señaló luego de su participación en el segundo encuentro regional de la red de activistas Gay Latino.

El tratamiento se denomina Profilaxis previa a la exposición (Prep, por sus siglas en inglés). Si se toma todos los días evita la infección del virus del Sida, incluso si se tuviera relaciones sexuales sin condón con una persona que es portadora, explicó Baruch.

El Prep, enfatizó, es una medida complementaria al preservativo. Si bien protege del Sida, no de otras infecciones de transmisión sexual, añadió.

Es particularmente benéfico para quienes tienen más riesgo de adquirir la enfermedad, señaló. Las trabajadoras sexuales trans son las más expuestas: una de cada cinco tiene probabilidad de contagiarse; en cambio, una mujer heterosexual entre mil está en peligro.

Gratis sólo para portadores

El antirretroviral, que contiene tenofovir y emtricitabina, es utilizado para tratar a quienes ya viven con el virus. Esa fue su primera aplicación. Sin embargo, en México no está registrado para emplearlo como medicamento preventivo, a diferencia de, por ejemplo, Estados Unidos.

Por el momento está disponible de manera gratuita sólo para quienes ya contrajeron la enfermedad, no para quienes deseen evitarla con ese método. Se puede encontrar en farmacias y el costo va de los 8 a 10 mil pesos, pero el gobierno federal lo compra en un precio entre 2 mil y 2 mil 500 porque lo adquiere en grandes volúmenes, informó.

Tratar a un paciente con VIH/Sida implica grandes gastos, aseveró. Constantemente se les debe practicar exámenes de cargas virales, someterlos a tratamientos de enfermedades oportunistas –aquellas a las que son propensos por tener debilitado su sistema inmune–, además del costo de los medicamentos.

Casi ningún país está invirtiendo en prevención, lamentó Jerome Galea, de la Universidad de Harvard, quien también participó en el encuentro. Ante esa realidad tenemos que exigir nuestro derecho a protegernos. Hay que hacer todo lo posible para evitar enfermarnos de Sida, así que sugirió no sólo presionar a las autoridades para que las provean, sino a las empresas para que bajen los precios