Domingo 30 de octubre de 2016, p. 11
En México, un tercio de la población tiene entre 12 y 29 años. Los jóvenes son uno de los grupos más vulnerables en términos económicos y sociales.
En principio, son las principales víctimas y victimarios del delito. Casi 35 por ciento de los ilícitos cometidos en 2011 y 33 por ciento en 2012 fueron cometidos por menores de 25 años.
Casi 80 por ciento de los jóvenes privados de la libertad tienen entre 16 y 18 años; 30 por ciento apenas cursaron o concluyeron la primaria, 21 por ciento no pudieron seguir estudiando por factores económicos y 17 por ciento cursaron algún grado de preparatoria o carrera técnica.
Además, estos jóvenes en conflicto con la ley están vinculados a ambientes familiares deteriorados, al trabajo infantil y consumo de drogas, y 28 por ciento dijeron no tener sueños o aspiraciones.
Esta es información de la Secretaría de Gobernación (SG) tomada como base para justificar la creación y asignación de recursos al plan federal de prevención social de la violencia.
Los muchachos, indican los diagnósticos de la SG, se enfrentan a entornos de ilegalidad, carencia y deterioro de espacios públicos para la convivencia, violencia, embarazo temprano, consumo y abuso de drogas, ambientes familiares deteriorados o conflictivos, deserción escolar y falta de opciones laborales.
México tiene de los porcentajes más altos, entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de jóvenes que no estudian ni trabajan (Diario Oficial de la Federación, 30/4/14).