Tenemos que impulsar acciones que cierren el paso a aquellos que desafían la ley y actúan con arbitrariedad, con la Constitución y la ley de nuestra mano, con el ropaje del respaldo de nuestra sociedad mexicana, afirmó el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Jorge Mario Pardo Rebolledo, al clausurar la 11 asamblea general ordinaria de la Asociación Mexicana de Impartidores de Justicia (AMIJ).

Durante ese acto, celebrado en Juriquilla, Querétaro, el ministro expresó ante los integrantes de esta asociación que se debe impregnar a nuestros jueces un nuevo dinamismo, apertura, cercanía, sencillez, que se complemente con el esfuerzo de los académicos, litigantes y sociedad en general. Todos somos responsables en la construcción de un mejor país.

Pardo Rebolledo aseveró que al margen de discusiones respecto de quién debe asumir el papel de guardián de la Constitución (como la que en su momento sostuvieron Carl Smith y Hans Kelsen, a propósito de la crisis de la República de Weimar), lo cierto es que el control sobre la regularidad constitucional de leyes y actos, aunque con diversos alcances, hoy por hoy es un deber que corresponde a todos los que imparten justicia en el país. Y esa responsabilidad, señaló, requiere de altura de miras para responder eficazmente a las necesidades de los usuarios del sistema.

“Ser impartidor de justicia es no sólo una función vital en nuestra sociedad, y no sólo porque somos y nos debemos al servicio público, sino porque nuestro trabajo por la sociedad amerita y exige de todos nosotros gran responsabilidad y profesionalismo.

Porque estoy convencido de que nuestra principal aportación a la sociedad es ser un factor primordial de convivencia en paz: una paz necesaria para crecer como sociedad, para fortalecer a nuestro México, para respetarnos y respetar el derecho de los demás, porque en eso va de por medio nuestro futuro.