Miles esperan en la frontera tras ser deportados por EU
Viernes 30 de septiembre de 2016, p. 13
Mexicali, BC.
La crisis humana en Tijuana y Mexicali rebasó todos los escenarios posibles: el gobierno de Haití no tiene capacidad para atender a los miles de caribeños que son deportados de Estados Unidos y el gobierno de Baja California no está preparado para hacer frente a la llegada de migrantes extranjeros, que se incrementa cada mes, consideró el presidente de la organización no gubernamental Comité Ciudadano de Defensa de los Naturalizados y Afromexicanos, Wilner Metelus.
El activista mexicano, de origen haitiano, indicó que más de 2 mil 300 migrantes centroamericanos y africanos llegaron a Tijuana y Mexicali en los pasados dos meses para solicitar asilo político al gobierno de Estados Unidos, mientras que en la frontera sur de México están varados alrededor de 6 mil haitianos en espera de resolver su falta de recursos económicos para emprender el viaje a Baja California, además que es latente el riesgo de que se les venza el permiso de 20 días que las autoridades migratorias mexicanas otorgan a los extranjeros que están en tránsito por el país.
Al respecto, el sacerdote católico y activista a favor de los derechos de los migrantes Alejandro Solalinde dijo en esta capital que nadie detendrá la migración, ya que este flujo se debe a que los países del norte han saqueado a los países del sur, como es el caso de Estados Unidos con Centroamérica, y los países europeos con los africanos.
Según Solalinde, lo que a principios de año fue una situación de emergencia ahora es una crisis que requiere la atención del gobierno federal mexicano y de la Organización de Naciones Unidas.
En este contexto, agentes de la Policía Estatal Preventiva y del Instituto Nacional de Migración descubrieron y rescataron, a partir de una denuncia anónima, a 59 migrantes guatemaltecos –entre ellos 23 niños y adolescentes, así como diez mujeres– que fueron privados de su libertad en una cuartería (establecimiento que ofrece hospedaje a bajo costo) de la zona centro de Mexicali, mientras traficantes de personas esperaban el momento de cruzarlos a Estados Unidos.