El Banco de México (BdeM) incrementó ayer la tasa de interés objetivo a 4.75 por ciento, la más alta desde la crisis económica de 2009, con la finalidad de contrarrestar las presiones inflacionarias derivadas de la devaluación de la moneda mexicana.

En su comunicado sobre la reunión de la junta de gobierno, el banco central no descartó que el peso se deprecie más, al advertir sobre un recrudecimiento de la volatilidad en los mercados nacionales e internacionales por los resultados de las elecciones en Estados Unidos, en noviembre.

Por ello, consideró crucial reforzar las políticas orientadas a fortalecer los fundamentos macroeconómicos del país, y estimó que son correctas las medidas de consolidación fiscal planteadas en el paquete económico que el Ejecutivo presentó al Congreso.

El BdeM decidió incrementar en 50 puntos base la tasa de interés interbancaria a un día, al considerar la perspectiva de un incremento gradual en la inflación para los siguientes meses, cuyo índice cerraría este año ligeramente por arriba de 3 por ciento.

Además, advirtió sobre la posibilidad de aumentos súbitos de precios de bienes agropecuarios, aunque con un impacto transitorio en la inflación.

La junta de gobierno explicó que la previsión de los índices de inflación está sujeta a riesgo. No se puede descartar que la moneda nacional experimente depreciaciones adicionales y que ello afecte las expectativas de inflación y el comportamiento de esta última, agregó.

Añadió que seguirá muy de cerca la evolución de todos los determinantes de la inflación y sus expectativas de mediano y largo plazos, en especial del tipo de cambio, por su posible traspaso a los precios, sin que ello signifique que se tenga un objetivo para éste.

Indicó que desde su última reunión de política monetaria, en agosto pasado, la cotización del peso frente al dólar mostró una significativa depreciación y una elevada volatilidad, razones por las cuales la moneda mexicana registró el comportamiento menos favorable entre las divisas de economías emergentes.

Recordó que las tasas de interés en moneda nacional para todos los plazos mostraron incrementos y ello se tradujo en un empinamiento moderado de la curva de rendimientos, y en aumentos en los diferenciales de tasas de interés de México respecto de las de Estados Unidos.

Dijo: Hacia adelante persiste el riesgo de que la volatilidad en los mercados financieros internacionales y nacionales se recrudezca. Esto, sobre todo si se agudiza el nerviosismo derivado de las posibles consecuencias del proceso electoral en Estados Unidos, cuyas implicaciones para México podrían ser particularmente importantes.

Además de las elecciones, el banco central advirtió sobre la postura monetaria de la Reserva Federal durante el resto del año y meses subsecuentes, así como la posibilidad de caídas adicionales en los precios del petróleo.

Ante este adverso entorno externo, es crucial continuar reforzando las políticas orientadas a fortalecer los fundamentos macroeconómicos del país. En este sentido, van en la dirección correcta las medidas de consolidación fiscal que han sido propuestas en el paquete económico presentado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público al Congreso de la Unión, en el cual se prevé alcanzar un superávit, sostuvo.

Circunstancias distintas

Sergio Luna, director de análisis económico de Banamex, aseguró que la tasa de interés es similar a la del periodo en el que México se encontraba en la peor crisis financiera y económica de la historia, pero subrayó que actualmente las circunstancias son distintas. México ya alcanzó su meta objetivo de inflación y el aumento en la tasa de interés busca cuidar ese logro frente a una depreciación del peso, dijo.

En tanto, el director de análisis económico de CI Casa de Bolsa, Jorge Gordillo Arias, opinó que el mercado ya daba por descontada el alza en la tasa de interés objetivo, pero consideró que el banco central pudo haber esperado.