En el gobierno del presidente Enrique Peña ha crecido la desigualdad social y económica, y se ha acentuado la extraordinaria concentración de la riqueza, pues uno por ciento de la población más rica del país tiene en sus manos 44 por ciento del producto interno bruto (PIB), señalaron los sindicatos que integran la Unión Nacional de Trabajadores (UNT).

En el Informe Político de su 17 congreso nacional ordinario, celebrado ayer, advierten también que millones de mexicanos sobreviven con menos de cuatro dólares diarios o laboran sin sueldo y viven de propinas, como sucede en la industria gastronómica y el sector de los servicios.

Asimismo, plantean que la ampliación de la pobreza en más de 70 millones de personas es una peligrosa realidad en el país, mientras en materia laboral el trabajo precario y la simulación contractual son la norma, además de que se han multiplicado los empleos temporales, eventuales y precarios.

Aunado a ello, dijeron, México se encuentra hundido en una grave crisis en materia de derechos humanos, pues mientras la corrupción ha tomado carta de naturalización, la inseguridad es creciente y se rompió el récord de 54 mil asesinatos en los cuatro años del régimen, siguen sangrando heridas, como la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, y la represión y los asesinatos en Nochixtlán, Tlatlaya, Apatzingán y Tanhuato.

Lo grave, advierte el informe, es que en los Criterios Generales de Política Económica y el Presupuesto de Egresos de 2017 se vuelve a aplicar la misma política fallida de recorte al gasto social, en educación, inversión pública e infraestructura, lo que paraliza de manera voluntaria y cruel el crecimiento del mercado interno.

La multiplicación de los focos de descontento social está siendo provocada desde el propio gobierno, indica el documento de la UNT, conformada por sindicatos como el de Trabajadores de la UNAM, de Telefonistas y el Sobrecargos y Pilotos, entre otros.

Señalan que los trabajadores seguirán regidos por la simulación contractual, con los peores sueldos del continente, el sindicalismo charro y la carencia de libertad sindical.