La sala del Museo Tamayo Arte Contemporáneo, dedicada exclusivamente a Rufino Tamayo (1899-1991), aloja su primera muestra del pintor.

Rufino Tamayo: primeras décadas, 1920-1959 ocupa el nuevo espacio que desde el pasado 30 de julio se abrió al público, el cual fue presentado ayer de manera oficial por Rafael Tovar y de Teresa, titular de la Secretaría de Cultura federal, junto con las sobrinas del artista, las hermanas Bermúdez y Juan A. Gaitán, director del museo.

Integrada por unas 80 obras, entre pintura, gráfica, dibujos y esculturas, así como por piezas realizadas en los años en los que Tamayo residió fuera de México –primero en Nueva York (1936-1949) y posteriormente en París (1950-1958)–, las cuales provienen de distintas dependencias del Intituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y de colecciones particulares, la exposición propone reflejar el desarrollo del artista y sus aportes al campo de la pintura mexicana, en momentos decisivos de la integración de México a las culturas modernas del mundo.

Apertura de otra sala

De modo paralelo, también en una nueva sala contigua y abierta desde julio pasado, se exhibe lo mejor de la colección de arte internacional que el pintor reunió junto con su esposa Olga Tamayo, la cual se ha enriquecido con los años mediante el auspicio de las autoridades del museo.

Con el título Colección Museo Tamayo se pueden apreciar obras de artistas como Joan Miró, Pablo Picasso, Francis Bacon, Max Ernst, Mark Rothko, Georgina O’Keeffe, Mark Tobey, Eduardo Chillida, Roberto Matta, Pierre Soulages, Antoni Tápies, Alberto Giacometti, Barbara Hepworth, Francisco Toledo, Robert Motherwell, Helen Frankenthaler, Teresa Margolles, Abraham Cruzvillegas y Mathias Goeritz.

Tovar y de Teresa destacó la importancia de contar con una sala donde se pueda admirar de manera permanente obra de Rufino Tamayo. Hasta hace unos meses no había un espacio específico para la obra en el museo que lleva su nombre, expresó el funcionario.

Señaló que con la apertura de una segunda sala se cumple con la voluntad del artista, quien legó su colección internacional completa al pueblo de México para ser expuesta a través de un museo.

Entre las piezas en exhibición se puede apreciar un Miró pintado en 1927, una singular escultura de Hepworth, un Rothko, considerado uno de los cuadros de color más importantes que realizó en 1946; una pintura de Bacon, Dos figuras con mono, 1973; un Giacometti, Retrato de la madre del artista, 1963, que de acuerdo con Gaitán es una obra que nunca se había mostrado, porque es extremadamente delicada.

Tamayo legó unas 300 obras de arte internacional, a las cuales se han sumado con los años otras 300 y ahora se exhiben unas 40.

Las obras que Tamayo donó las adquirió en los años 70 del siglo pasado. En la actualidad, a esa parte de la colección se le puede referir como una síntesis de las vanguardias de la segunda mitad del siglo XX, pues reúne algunos de los principales cambios ocurridos en la cultura internacional de aquella época, en la que los cuestionamientos de varias nociones estéticas derivadas del siglo XIX dieron cabida a nuevas manifestaciones artísticas.

Junto a esas obras se ha abierto también un espacio a piezas recientes orientadas más a lo que hoy es el arte contemporáneo y experimental, que irán cambiando cada determinado tiempo, dijo el director del museo.

Asimilador de lenguajes

La muestra de unas 80 obras de Rufino Tamayo, entre pintura, gráfica y dibujo, da cuenta del primer periodo como pintor, en los años 20 hasta los años 60. Cuatro décadas durante las cuales experimentó técnicas y estilos.

Tamayo fue un pintor que absorbía muy rápido diversos lenguajes pictóricos. De ahí que aquí se pueden apreciar obras que se asemejan a Paul Cézanne, otras a Pablo Picasso, otras al constructivismo ruso, hasta llegar al estilo y sello inconfundible de Tamayo.

Rufino Tamayo: primeras décadas, 1920-1959, primera exposición montada en la sala permanente dedicada en exclusiva a la obra del reconocido pintor en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo, es una magnífica oportunidad para conocer esos primeros años de desarrollo del artista mexicano.

La cita es en Paseo de la Reforma y Gandhi, primera sección del Bosque de Chapultepec.