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Hace unos días se le entregó la medalla Bellas Artes por su trayectoria y legado

Murió Manuel Larrosa; cultivó la infinitud de la arquitectura

Recibimos la honrosa tarea de sembrar, cultivar y cosechar la hermosa planta de la casa habitáculo que tiene su raíz en los cimientos, su tallo en los muros, sus flores en las ventanas y su fruto en la luz, decía

Humanista comprometido con la creación, dijo la directora del INBA

 
Periódico La Jornada
Martes 20 de septiembre de 2016, p. 4

En sólo unos días, la arquitectura mexicana pierde otro de sus exponentes. La madrugada de ayer falleció Manuel Larrosa Irigoyen (1929-2016), considerado uno de los arquitectos más relevantes del país.

El deceso, ocurrido en Tepoztlán, Morelos, se debió a un padecimiento pulmonar. Los restos de Larrosa fueron trasladados al Panteón Francés, en Legaria, donde hoy serán incinerados.

(El pasado viernes murió Teodoro González de León.)

Apenas el 2 de septiembre, Larrosa recibió la medalla Bellas Artes, la cual le fue entregada en una ceremonia efectuada en la sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, como reconocimiento a su trayectoria, talento y legado a la cultura nacional.

Ese día hizo referencia a la arquitectura, disciplina a la que dedicó su existencia, y expresó: Es la compañera solidaria de nuestra vida, desde nuestra primera habitación hasta la tumba, puerta al infinito.

Luego de agradecer a su esposa Cristina Picazo y a todos aquellos que me salvaron de la locura, dejándome hacer aquellas (locuras) que les construí, el homenajeado sostuvo que los arquitectos reciben la honrosa tarea de sembrar, cultivar y cosechar la hermosa planta de la casa habitáculo que tiene su raíz en los cimientos, su tallo en los muros, sus flores en las ventanas y su fruto en la luz.

En vez de arquitectura, prosiguió, actualmente se produce hojarasca por los usurpadores de esa actividad que dominan la producción de espacios para la convivencia. Estamos reunidos en torno a ese tema; es pertinente decir que no sólo la arquitectura, la vida en todas sus expresiones, están amenazadas seriamente.

Egresado de la UNAM

En la entrega de la medalla Bellas Artes a Manuel Larrosa (La Jornada, 3/9/16), María Cristina García Cepeda, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), dijo: Larrosa es un humanista comprometido con la creación, el estudio, la valoración y la difusión del patrimonio artístico y su obra es un ejemplo conmovedor de su preocupación de que responda a las necesidades esenciales y a los derechos de los ciudadanos.

Manuel Larrosa egresó de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y desarrolló edificios en condominio y casas unifamiliares en las ciudades de México, Guadalajara, Cuernavaca y Los Mochis, a una de las cuales, la casa habitación en la calle Héroes de Padierna en San Jerónimo, Ciudad de México, el escritor Juan Carvajal dedicó un poema.

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Manuel Larrosa el viernes 2 de septiembre, en el máximo recinto cultural del país, donde recibió la presea Bellas Artes de manos de María Cristina García Cepeda, titular del INBAFoto Guillermo Sologuren

A Larrosa se debe la construcción de la aduana de Tijuana y el Teatro Casa de la Paz, en la CDMX, cuyo mural fue creado por Manuel Felguérez.

Como urbanista desarrolló los planos reguladores de Tijuana, Mexicali y Ensenada; además promovió el novedoso proyecto denominado museo dinámico, que consistía en habilitar sus edificaciones como salas de exhibición y de escenificación de obras teatrales.

Colaborador de La Jornada

En los albores de su trayectoria, Manuel Larrosa estuvo asociado con el arquitecto Guillermo Rossell de la Lama, con quien realizó obras como la Capilla Abierta y la Plaza de los Abanicos en Cuernavaca, así como el Instituto Tecnológico de Nuevo Laredo.

Durante más de tres décadas escribió sobre arquitectura y urbanismo en diarios y revistas y publicó libros sobre Abraham Zabludovsky, Ángel Borja y Fernando González Gortázar.

Larrosa fue autor de numerosos ensayos y artículos periodísticos sobre arquitectura, muchos de ellos publicados en los periódicos La Jornada y Unomásuno, los cuales fueron retomados en el libro Periodismo arquitectónico, en 2007.

En sus palabras en el máximo recinto cultural del país, Larrosa indicó que la arquitectura forma parte del humanismo, además de ser una locura construida, pues está creada de instantes y proporciona efímeros, continuos y perdurables placeres que constituyen su superioridad.

“El arquitecto, quizá más que el médico, tiene la responsabilidad de atender y auxiliar a los otros en todas las acciones y situaciones de la vida, no para salvarlo de una enfermedad, sino para ofrecerle la gratificación de sanarlo.

Sin la mano de obra no hay pensamiento arquitectónico plasmado. El albañil, el carpintero y el herrero son las manos que le han dado forma al mundo construido, indicó.