Macri y su consenso
Argentina no lo tolera
Videgaray: toca Bosnia
e materializa aquella sentencia (cortesía de José Steinsleger en las páginas de La Jornada), en el sentido de que Mauricio Macri ganó y Argentina perdió
. Así es: el primero arrasó, pero con los habitantes de la bella nación cono sureña, y si la economía de aquel país pendía de alfileres, el nuevo mandatario tuvo la buena idea de arrancarlos de cuajo.
Nada más instalarse en la Casa Rosada el empresario registró sus primeros éxitos: devaluación cercana a 40 por ciento, despidos y cancelaciones de plazas laborales, pérdida acelerada de poder adquisitivo, represión a los trabajadores, mayor endeudamiento, inflación a galope, tarifazos y muchas gracias más, y a nueve meses de su toma de posesión por fin logró el consenso de los argentinos: nadie lo tolera.
Como reporta la corresponsal de La Jornada en Argentina, Stella Calloni, “el derechista Mauricio Macri negó la posibilidad de reabrir las discusiones salariales (paritarias) entre trabajadores y gobierno y/o empresas, como exigen la mayoría de los gremios ante la indetenible inflación y los tarifazos, y admitió que desde su llegada al gobierno en diciembre pasado se perdieron entre 70 y 100 mil empleos, aunque dijo que era ‘mentira que hubiera una ola de despedidos’, al tiempo que afirma que la inflación va a la baja”.
No hay que esforzarse mucho para adivinar cuál es la realidad, pero qué mejor que la Cepal para ofrecer un rápido balance de la presidencia de Macri. Por ejemplo, el organismo recuerda que entre las primeras decisiones gubernamentales el mandatario anunció que reduciría el déficit fiscal heredado por Cristina Kirchner, y su política fue tan eficiente que el logro concreto fue aumentarlo.
Apunta la Cepal: a comienzos de 2016 las nuevas autoridades anunciaron un programa de reducción del déficit fiscal. No obstante, las medidas iniciales (eliminación o reducción de los derechos de exportación, disminución de la carga del impuesto sobre las ganancias para un subconjunto de los trabajadores y expansión de algunos gastos asociados al sistema de protección social, como la extensión de las asignaciones familiares a los monotributistas y un plus en los montos de las jubilaciones y transferencias monetarias a las poblaciones más vulnerables en mayo) tenderían a aumentar dicho déficit, al igual que el proyecto aprobado en junio por el Congreso para la devolución de una parte del impuesto al valor agregado (IVA) de las compras minoristas realizadas por los sectores más vulnerables (como jubilados, pensionados y beneficiarios de la asignación universal por hijo)
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El organismo detalla que el cambio de gobierno en diciembre de 2015 constituyó un punto de inflexión en materia de política económica. Las nuevas autoridades se propusieron, en primer lugar, revertir la crisis de iliquidez de divisas. A tal efecto, se desreguló el mercado cambiario, lo que resultó en un aumento de 40 por ciento de la cotización del dólar en una jornada. A fin de fomentar las exportaciones, se eliminaron los derechos de exportación (excepto para la soja) y los cupos de exportación que afectaban a algunos productos agropecuarios. De forma simultánea, con el propósito de reducir la inflación, se anunció una moderación del déficit fiscal y una política monetaria más restrictiva
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En los primeros meses de 2016 la economía estuvo supeditada a los efectos de esas medidas, “que incidieron –en especial en el caso de la devaluación y la eliminación de derechos de exportación– sobre los costos internos de los bienes transables, particularmente los alimenticios, provocando un aumento significativo de los precios internos. A ello se añadió, a partir de marzo, el incremento de las tarifas de servicios públicos”.
La inflación acumulada entre diciembre de 2015 y abril de 2016 fue de 21.6 por ciento y alcanzó 40.4 interanual. Esto ocasionó una caída significativa de los salarios reales (-6.8 por ciento entre noviembre de 2015 y marzo de 2016 para los trabajadores registrados) y una contracción de la demanda de consumo privado, el principal componente de la demanda agregada
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El alza de las tasas de interés inducida por el Banco Central de la República Argentina para estabilizar el mercado de cambios y la disminución del gasto en obra pública en los primeros meses del año, reafirmaron el impacto contractivo asociado al deterioro de los ingresos reales de la mayoría de la población. La fuerte disminución de la demanda proveniente de Brasil contribuyó en la misma dirección
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La resolución del conflicto con los acreedores que no aceptaron la restructuración de la deuda, planteada también entre los objetivos iniciales del nuevo gobierno para sortear la iliquidez de divisas, se concretó en abril y permitió que Argentina recuperara el acceso a los mercados financieros internacionales. Esto podría ayudar a contrarrestar la contracción macroeconómica observada en los primeros meses del año. En el primer trimestre de 2016 el PIB creció 0.5 por ciento respecto del mismo periodo del año anterior, aunque se redujo 0.7 respecto del trimestre anterior en su versión desestacionalizada (tercer trimestre consecutivo de caída). La información sectorial permite anticipar una contracción más profunda en el segundo trimestre del año
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La proyección de crecimiento para todo 2016 depende de los escenarios que se planteen para el segundo semestre. Sin fuentes externas de crecimiento de la demanda agregada (debido al estancamiento general del comercio mundial, agravado en el caso particular argentino por la recesión del Brasil), con una política fiscal que, según lo anunciado por el gobierno, asumirá una posición neutra o contractiva, y ante un consumo interno retraído debido a la caída de los salarios reales, solo una fuerte expansión de la inversión podría restablecer el crecimiento y ubicarlo en terreno positivo. Incluso si se prevé cierta recomposición salarial en la segunda mitad del año como consecuencia de los aumentos salariales acordados y de la desaceleración de la inflación, que podría acotar la caída del consumo privado, se estima que la contracción de la economía argentina será de 1.5 por ciento en 2016
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Las rebanadas del pastel
Con rotundo éxito se estrenó como canciller del (d) año
(affaire Peña Nieto-Trump-Clinton) y, ya calado, a Luis Videgaray le pueden interesar las próximas elecciones en Túnez, Bosnia y Georgia (octubre próximo) en las que también meta la mano para posicionar a México
. Lástima que por esta grilla se perdió el proceso electoral en Zambia. Pero que se prepare: vienen más.
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