Río de Janeiro.

No tienen la publicidad de los Juegos Olímpicos ni de un Mundial de futbol, pero los Paralímpicos que comienzan mañana en Brasil son, por su dimensión y número de atletas, la segunda justa deportiva más grande del mundo.

Ya sea en atletismo, en la alberca, en las cancha de tenis o de baloncesto, el certamen para participantes con impedimentos físicos ofrece una amplia gama de competencias. El torneo, que se realizará hasta el 18 de septiembre, pondrá oficialmente punto final a la fiesta olímpica de Río 2016.

Pese a los temores iniciales, la justa arrancará aparentemente sin problemas de financiamiento y con creciente repercusión entre el público carioca.

Las ventas de entradas aumentaron considerablemente en los últimos días. El portavoz del comité organizador, Mario Andrada, habló de un hito cuando se superó la marca de los 1.5 millones de boletos vendidos, de un total de 2.5.

La inauguración del certamen se llevará a cabo el mítico estadio Maracaná. La gala prevé que los atletas entren a la arena portando fotos suyas, para formar un corazón gigante, según detalles revelados durante un ensayo.

Desde Lausana, Suiza, se informó que el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, no asistirá a la ceremonia inaugural.

Él estará mañana en Berlín para acudir al funeral de Estado del ex presidente de Alemania Walter Scheel, dijo a la agencia Dpa un portavoz del organismo.

El COI designó a Sam Ramsamy, responsable de atletas discapacitados, como representante en el acto de apertura de los juegos, en los que participarán 4 mil 350 atletas de 176 países.

El deporte paralímpico tiene su propio comité internacional, el CPI, presidido de Philip Craven.

En Bonn, Alemania, un tribunal rechazó ayer la apelación de 84 deportistas paralímpicos rusos contra su exclusión de Río 2016 por parte del IPC.