í a fortalecer el matrimonio, sí a la familia natural, sí al derecho de los padres a educar a sus hijos, sí a gobernar con perspectiva de familia, dice el obispo de Aguascalientes, José María de la Torre, en un video donde invita a la Marcha x la familia, que tiene como propósito mostrar su repudio a la conformación de las familias homoparentales y a la adopción de niños por parte de éstas. El obispo cataloga esta manifestación de odio hacia el prójimo como una loable iniciativa y remata con que es un ejercicio ciudadano. Un discurso más donde muestra su homofobia e intolerancia a otro ejercicio ciudadano: la defensa de los derechos humanos universales.

El matrimonio y la llamada familia natural se vuelven concepciones que la jerarquía católica busca imponer incluso a quienes no pertenecen a su grey. Sin bases, el obispo cuestiona la educación que imparte el Estado y es claro el llamado que hace a los gobernantes, sin importarle la violación constante al Estado laico.

De la Torre continúa sin recibir siquiera una llamada de atención del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, que estos días se ha visto muy motivada a amonestar a quien se atreva a hablar mal de Juan Gabriel. El obispo goza de una suerte de fuero que lo hace inmune a castigo alguno y le permite continuar regando una semilla de intolerancia hacia el prójimo. Todo lo contrario de lo que parece ser la Iglesia que comanda. La misma Iglesia que hace oídos sordos y boca cerrada sobre Marcial Maciel, sobre sus nexos con el narco y gobernantes y sobre el lavado de dinero, pero se santigua ante el amor que otros se profesan. El mismo 10 de septiembre, otro grupo se manifestará para mostrar su apoyo a todas las familias, en un ejercicio ciudadano que hable de respeto, tolerancia y paz. El obispo no está invitado, pero si acude la mesa está puesta para el diálogo, ese que rechaza.

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