Como estaba previsto, no alcanza mayoría absoluta; tiene 170 votos a favor de 176 requeridos
El candidato del PP tendrá otra oportunidad este viernes, pero sigue sin el respaldo suficiente
Jueves 1º de septiembre de 2016, p. 24
Madrid.
El Congreso de los Diputados de España rechazó por mayoría absoluta la investidura del candidato del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, que aspiraba a su primera relección como presidente del gobierno. El aspirante conservador sólo sumó 170 votos: los de su formación (137), más los de Ciudadanos (32) y uno la diputada de Coalición Canaria. En contra votó el resto del Parlamento: los 85 del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), los 69 de Unidos Podemos, los nueve de Esquerra Republicana de Cataluña, los ocho de la Fundación Democracia y Libertad, los cinco del Partido Nacionalista Vasco (PNV), y los dos de Compromis y Bildu.
Los comicios del pasado 26 de junio arrojaron un resultado similar al de las elecciones del 20 de diciembre pasado, las primeras en las que irrumpió un nuevo escenario político en el país, ahora fragmentado en cuatro grandes bloques políticos en detrimento del tradicional bipartidismo. El PP volvió a ser la fuerza más votada, pero con un número de escaños muy lejano de la mayoría absoluta y además con serias dificultades de alcanzar acuerdos con otros grupos por los numerosos casos de corrupción abiertos al interior de la formación.
Después de dos días de debate, en el que Rajoy esbozó las líneas generales de su programa de investidura y en el que destacó los acuerdos firmados con Ciudadanos y CC, finalmente el Parlamento volvió a rechazar al candidato propuesto por el rey Felipe VI, tal como marca el procedimiento legal por su condición de jefe del Estado. Es la primera ocasión en la historia de España que ocurre algo similar, al cumplirse más de ocho meses sin un gobierno regular y con la paralización de las instituciones públicas.
Una vez que se constató el rechazo de la Cámara a la investidura de Rajoy, el siguiente paso será una nueva votación el próximo viernes, en la que Rajoy podría ser electo por mayoría simple; es decir, con más votos a favor que en contra. Pero en función de lo que expresaron los grupos parlamentarios durante el debate, la situación es de bloqueo total a la candidatura de Rajoy, que se quedaría, como el socialista Pedro Sánchez en marzo pasado, cuando presentó su candidatura, a las puertas del gobierno español.
Rajoy insistió en solicitar su apoyo a los diputados del PSOE, que a su juicio tienen la llave de la gobernabilidad del país. Pero el líder socialista fue firme y rotundo al explicar que el problema no es que le tengamos confianza a usted, señor Rajoy, y a su partido, sino que simplemente no es de fiar
. Además, defendió el sentido del voto de su partido porque a su juicio Rajoy lo que pretende es que esta sea la legislatura del chantaje, en la que no exista oposición
.
Durante el largo debate (duró más de diez horas), Rajoy escuchó los argumentos a favor y en contra de todos los grupos, incluidas las fuerzas minoritarias. Uno de los momentos más tensos fue su enfrentamiento con Pablo Iglesias, el líder de Unidos Podemos, quien le recordó el pasado franquista
de su partido y le acusó de guiarse por los intereses de los ricos
y las empresas del Ibex 35 (el principal indicador bursátil de España)
.
Rajoy también tuvo un agrio enfrentamiento con los nacionalistas vascos y catalanes, a los que acusó de intentar romper el orden constitucional y la unidad de España, mientras éstos le respondieron que su gobierno, en los últimos cuatro años, sólo ha traído a sus regiones más pobreza, precariedad, mutilación de derechos básicos y hasta la persecución política
de los líderes que pugnan por la independencia, en alusión a una serie de escuchas ilegales amparadas por el ministerio del Interior.
A partir de ahora se abre un periodo de dos meses para que se presente de nuevo la candidatura de Rajoy u otra –incluida la alternativa de gobierno de hoy–, remota que estaría integrada por e PSOE, Unidos Podemos, ERC, FDL, PNV y Bildu.