Hace dos semanas Diana Lobacevske corrió el maratón olímpico en Río y finalizó en el puesto 17. Ayer, la lituana de 36 años sorprendió al conquistar el de la Ciudad de México tras liderar la prueba a partir del kilómetro 20, para ingresar sola al estadio universitario México 68, feliz y lanzando besos con las manos.

La corredora de ojos claros y 1.75 metros de estatura, se separó del grupo puntero y comenzó a fraguar la victoria cuando entró al Bosque de Chapultepec, seguida por una caravana de motociclistas.

Sin oposición y con una ventaja considerable sobre sus adversarias, la lituana se veía fuerte y con paso rápido, pues mucho favoreció la mañana fría. Por momentos bajaba el ritmo cuando se hidrataba en los puestos de abastecimiento que se instalaron a lo largo de todo el trayecto.

No se le veía gesto de dolor o que denotara cansancio. Sus largas piernas seguían consumiendo el asfalto y solamente sonreía cuando escuchaba aplausos de los aficionados, como para darse más ánimo.

Lobacevske pasó por las principales arterias de la capital del país y lugares emblemáticos, como lo hizo hace dos domingos, pero en la ciudad de Río de Janeiro, en los Juegos Olímpicos.

Ayer, la corredora nacida en Vilna corrió sola, mirando a cada rato el reloj que traía en la muñeca, y todo parecía indicar que por el ritmo que impuso venía dispuesta a atacar el récord de 2:37.34 horas que impuso la peruana Gladys Tejeda hace tres años.

La acumulación de 84.390 kilómetros en 14 días y correr a una altitud de 2 mil 240 metros pudo haber mermado un poco el rendimiento. En Insurgentes, a la altura de la Plaza de Toros, la figura solitaria de la lituana impresionaba por su entereza y la enorme distancia que les llevaba a sus adversarias enfrascadas en otro duelo para la repartición de plazas.

Diana no perdía de vista el reloj, pero el récord se le escapó cuando se enfiló hacia el estadio, a menos de dos kilómetros. Entró al recinto olímpico y una fuerte ovación y porras la acompañaron, repartió besos al público y su rostro de felicidad se proyectó en la gigantesca pantalla con el crono de 2:40.31.

Ante la superioridad de la lituana, quien se convirtió en la segunda europea en ganar el maratón, después de la rusa Albina Gallymova en 2004, la etiope Shewarge Amare Alene se quedó con el segundo puesto (2:43.20), sin poder hilvanar su cuarto título del certamen tras los obtenidos en 2012, 2014 y 2015.

La peruana Karina Villazana ocupó el tercer sitio (2:43.54). La corredora se molestó al ser confundida como mexicana como la anunciaron a su llegada; la mejor representante local, Mayra Sánchez llegó en el sexto lugar con 2:45.53 entre seis kenianas que finalizaron entre las 10 primeras.

En la rama varonil, Kenia copó el podio con Emmanuel Mnangat, Isaack Kemboii Kimaiyo y Rodgers Ondati Gesabwa.

Los dos primeros hicieron el mismo crono en un cierre de fotografía, pero Emmanuel se adjudicó la victoria, ya que su pecho rozó el listón (2:19.30), y el error de su compañero fue haber levantado las manos antes de cruzar la meta. Su compatriota Rodgers arribó tercero (2:19.50).

El veracruzano Saby Luna Aburto quedó como el mexicano mejor colocado, en el noveno peldaño (2:25.07); sin embargo, los peruanos Andrés Atachagua, cuarto con 2:20.10, y Constantino León, sexto, 2:22.02, entrenados por el mexicano Rodolfo Gómez, sacaron la cara por América Latina.

El jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera y Enrique Graue Wiechers, rector de la UNAM, entregaron las medallas de los tres primeros lugares, quienes en ceremonia aparte recibirán el premio de 500 mil pesos a los ganadores absolutos.

La prueba de 42.195 kilómetros, en su edición 34, congregó a 35 mil competidores de diferentes categorías y edades. El capitalino Martín Velasco ganó en la de silla de ruedas. Todos los participantes tomaron la salida en el Hemiciclo a Juárez.

Selfies y bromas

Diana Lobacevske estaba sumamente contenta por su triunfo, pues es la primera fondista de Lituania que gana el maratón de la CDMX.

Tan a gusto estaba que no le negó a nadie selfies y los varones eran los que más se lo solicitaban. Me gustó ver muchísimas personas, decía sobre lo que recordaba de la carrera que dominó a placer.

La atleta mencionó que durante la competencia tuvo una crisis en los dos últimos kilómetros y me pesaban las piernas, pero que aguantó estoicamente para ganar.

Luego de acudir al control de dopaje, Diana, madre de dos niñas, mencionó que mejoró las expectativas en esta competencia a pesar de que resintió la altitud, ya que recién había participado en los Juegos Olímpicos Río 2016, donde terminó en decimoséptimo sitio al detener el reloj en 2:30.48 horas.

Su mejor resultado ha sido un lugar 12 en el Mundial de Atletismo en Moscú 2013.

El que también estaba feliz era el keniano Emmauel Mnangat Chamer. Entre risas comentó que superó a (Isaack) Kimaiyo con el pecho, pero que tenían la certeza de que se llevarían el triunfo, ya que durante la carrera trabajaron en equipo.

Mnangat, de 31 años, quien radica desde hace tiempo en México, igual que varios de sus compatriotas, recuperó el título para Kenia que no ganaba desde 2012, con Peter Lemayian.

Además, su victoria representó la número 13 para los kenianos, quienes comenzaron a dominar el maratón con la aparición de Simon Biwott, quien fue el vencedor en 1998.