Peña, contra malas noticias
De cuates, pago en Miami
Sin reparo
para ir contra profes
Mensajes familiares a El Chapo
nrique Peña Nieto se aventuró ayer a dar clases de periodismo: Y aunque a veces, repito, nos inundan o nos quieren inundar con malas noticias, las buenas noticias cuentan y cuentan mucho
. Estaba en Hidalgo, en un acto denominado Fortalecimiento de la red de abasto y apoyos alimenticios. Ahí habló del tema delicado de los aumentos en las tarifas de electricidad y combustibles, en busca de convencer a su audiencia, y al periodismo inundatorio, de que las cosas no son tan malas e, incluso, que en realidad son buenas.
Y es que, se quejó, tratando de achicar el agua informativa adversa, pareciera que cuando se incrementa algún servicio se vuelve nota de todos los días. Y cuando hay una mejor prestación o una caída en el precio de ese servicio, se vuelve nota de sólo unos minutos y a veces de un solo día
. El sistema de desagüe oficial dio datos, cifras, comparaciones sobre esos puntos críticos, convocando a los interesados a comparar sus recibos de pagos para confirmar que reciben beneficios de las reformas gubernamentales, con más empleo, mejor distribución de alimentos, reparto puntual de ayudas asistenciales y muchos logros más.
Esta columna, siempre necesitada de precisiones académicas sobre periodismo (es decir, siempre inundada), tomó nota de otras frases destacadas de Peña Nieto: en muchas ocasiones quedamos muy marcados con las malas noticias, que pareciera fueran comunes o las que más se destacan, y nos olvidamos y dejamos de lado las buenas noticias, que mucho cuentan y que impactan positivamente la vida de las familias mexicanas. Ocupémonos de saberlas aquilatar, porque es lo que está permitiendo que nuestro país siga creciendo y avanzando hacia un mejor futuro
.
Buenas noticias, sin inundación a contraflujo, bien aquilatadas, ofreció el mismo ex gobernador del estado de México al periodista Joaquín López Dóriga, quien dejará este viernes la conducción del noticiero nocturno de Televisa. En una entrevista (la primera parte se transmitió este lunes), que a la vez fue un paseo por andadores y jardines de Los Pinos, Peña Nieto tuvo oportunidad de desplegar sin obstáculos las banderas exitosas que ya se atribuye, a dos semanas de que presente su cuarto Informe de actividades. Grandes logros, grandes realizaciones. Una inundación de buenas noticias.
En esa sesión, EPN aceptó que un empresario que es amigo suyo pagó, aunque fuera en una ocasión, los impuestos del departamento de Angélica Rivera Hurtado en Miami. Al dato, que no es menor, le quiso dar un tratamiento ligero, circunstancial, baladí. El empresario Ricardo Pierdant, explicó, es un amigo que está allá y me hizo un favor. Es una relación entre amigos y vecinos, sin que ello suponga una relación ilegal. El departamento es de otra persona. En una sola ocasión le pidió mi esposa que cubriera el impuesto predial, que sería rembolsado en México
.
No mostró ninguna prueba de que ese desembolso de decenas de miles de dólares hubiera sido cubierto formalmente. Pero tampoco resulta tan fácil eludir la percepción (él, que por ello pidió perdón en semanas anteriores respecto a la Casa Blanca) de que favores económicos de esa magnitud no pueden estar exentos de fundadas sospechas, con independencia de lo que jurídicamente pudiera significar esa aceptación de algo que será una donación a la esposa de Peña Nieto mientras no se demuestre legal y fiscalmente lo contrario.
El segundo tema relevante corresponde a las eventuales acciones físicas contra las manifestaciones magisteriales de protesta: el gobierno de la República no tendrá reparo alguno, no tendrá reserva alguna en recurrir al uso de la fuerza pública para poner orden, y sobre todo para hacer valer el estado de derecho. Por supuesto que siempre hay una disposición de llegar a este escenario como último recurso. Antes están los espacios de diálogo, de acuerdo
. Después de Asunción Nochixtlán, en Oaxaca, el secretario Osorio Chong había dicho que se había agotado el tiempo
. Ahora se habla de no tener reparos ni reservas para usar la fuerza pública contra opositores.
En Guadalajara se informó que Jesús Alfredo Guzmán Salazar es una de las personas secuestradas este lunes en la zona turística de Puerto Vallarta. Ya antes hubo otro golpe al ámbito familiar de Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, cuando un comando armado causó destrozos y muertes en el rancho La Tuna, en Badiraguato, Sinaloa, donde hasta esa fecha había residido con absoluta placidez la madre del jefe de la principal empresa mexicana de productos de exportación (en La Tuna, donde nació El Chapo, según el censo de población de 2010 vivían 105 personas).
De inmediato se ha mencionado, como una de las causas probables de este secuestro, la rivalidad en ascenso entre los cárteles de Sinaloa, el histórico, aún dominante, y el Jalisco Nueva Generación (que le disputa al primero la supremacía y pareciera contar con favores y benevolencia gubernamental de altos niveles). Suena natural que, en el contexto de esa belicosidad desatada, el grupo local hubiera ordenado castigar la visita del hijo de El Chapo (originalmente se hablaba también de otro vástago, Iván Archivaldo). Pero también debe considerarse la posibilidad de que le estén enviando claros mensajes familiares al narcotraficante en vías de ser extraditado, como una advertencia de lo peligroso que puede resultar más adelante el abrir la boca de más frente a los interrogadores estadunidenses.
Astillas
Entra Guillermo Orozco Loreto como subsecretario de Gobierno en la Ciudad de México. Tapatío de origen, el nuevo funcionario fue priísta durante décadas, pero, a nombre del partido entonces llamado Convergencia (ahora, Movimiento Ciudadano), llegó a ser asambleísta en el Distrito Federal, donde hizo equipo con Alejandra Barrales, ahora presidenta nacional del PRD. Además de Juan José García Ochoa, quien ocupaba esa subsecretaría, dejó el organigrama capitalino Javier González Garza, conocido como El Güero, quien era jefe de la oficina de Miguel Ángel Mancera, área de trabajo que desaparece. ¡Hasta mañana!
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