La primera edición de la iniciativa se realiza en los jardines del Museo Tamayo
Los sábados, hasta el 4 de septiembre, se imparte un taller sobre germinados y flores comestibles
Domingo 14 de agosto de 2016, p. a10
Porque tener un huerto en casa es sinónimo de salud, dentro del encuentro Teocintle: por el alimento sustentable, cuya primera edición se realiza en los jardines del Museo Tamayo Arte Contemporáneo, se impartió este sábado un taller sobre germinados y flores comestibles a cargo de Olaki Huertos, así como la charla ¿De dónde vienen nuestros alimentos?, con productores orgánicos.
El acto, organizado por la arquitecta Adriana David Ortiz en colaboración con el Museo Tamayo, es una iniciativa que desea compartir con la sociedad que es posible la armonía entre la naturaleza y el consumo responsable de lo que genera la tierra, al tiempo que invita a reflexionar sobre la importancia de la biodiversidad agrícola para la seguridad alimentaria.
Por el futuro de las grandes urbes
El cultivo, la producción de alimentos, su transporte, distribución y venta, son temas de vital importancia para el presente y futuro sostenible de las grandes urbes y la estabilidad social, ante el desabasto alimentario.
Ignacio Del Carril, director de operaciones de Olaki Huertos, compartió que los germinados son un superalimento, “una de las pocas cosas que comemos vivas, porque casi todo lo que comemos, incluso lo vegetal cuando está cosechado está muerto y empieza su proceso de putrefacción, y el germinado lo podemos comer vivo, lo cual nos da una nutrición distinta, comemos vida.
Tener un huerto es algo que está al alcance de todo mundo, porque se hace de manera fácil. En el taller tenemos charolas de unicel, pero también se puede usar otro tipo de material que se pueda reciclar en casa.
El huerto Olaki ofrecerá el próximo sábado el taller de gestión de residuos orgánicos, que también está al alcance de todo mundo y se puede hacer en el hogar, en cajas de madera. Consiste en convertir en abono los residuos orgánicos que salen de la casa y que finalmente sirve de alimento para las plantas.
Para los participantes de Teocintle: por el alimento sustentable, no hay nada más saludable como tener los propios alimentos y comer de lo más sano; además, si se crea un huerto en casa la comida estará libre de pesticidas.
Para impulsar a los microproductores orgánicos, los sábados, dentro del festival, productores del mercado el 100, que regularmente se encuentra en Coyoacán, ofrecen sus productos, como Abel Rodríguez, quien se dedica al cultivo orgánico de frutas, maíz y frijol.
Originario de Tepetlixta, estado de México, Rodríguez trabaja en una pequeña cooperativa dedicada al cultivo de curuba, fayoa (fruto exótico y delicioso) y ayocote. En el 100 también ofrece frijol, tortillas de maíz azul y blanco y tostadas al comal.
En el encuentro, que concluirá el 4 de septiembre, las personas que asistan también podrán adquirir chocolate maya, hongos y setas frescos de Texcoco, galletas y pasteles sin gluten, chorizo rojo y verde, conejo troceado, hamburguesas, paté, miel, nieves, helados y postres veganos.
Además de los alimentos, la empresa Azul Verde Nocon pone al alcance de los habitantes detergentes para ropa y piso, champú de cabello y cuerpo, jabón, pasta dental, crema y protector solar biodegradables.
Pavel Alejandro Valladares, promotor de Azul Verde Nocon, explicó que la idea de los productos artesanales es del ingeniero Sergio Trueba, a quien le interesa el cuidado del agua. Eso lo motivó a crear fórmulas que hoy componen nuestros productos
, agregó.
Agustín Ortiz Monasterio, cofundador de la empresa El Buen Campo, que vende canastas de productos orgánicos provenientes sólo de productores mexicanos, participó en la charla sobre cómo el alimento llega desde el campo hasta la mesa.
Existe un buen trabajo en ese trayecto para que el producto llegue a buen precio, con excelente calidad y con la frescura adecuada. Todo esto es un reto en el país; requiere de organizarnos, para mostrar a la gente los productos orgánicos.
Los cultivos orgánicos son una solución para producir y consumir de manera local, fresca, saludable y además ecológica, por eso Adriana David Ortiz creó también el proyecto Limbo, que da origen a Teocintle, el cual consiste en una instalación pública de almacenamiento de semillas para las zonas conurbadas de México que busca generar conciencia sobre la crisis alimentaria que vivimos y crear una red de conservadores.