El bailarín de butoh Taketeru Kudo, quien se encuentra de visita en México, explica que su obra coreográfica ha estado constantemente relacionada con las ruinas por ser una metáfora del mundo moderno, no sólo en su paisaje, sino en su raíz espiritual, en su cuerpo y sus palabras.

Sobre su propuesta coreográfica Vasija de ruinas, que presentará este 2 de agosto en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque (CCB), Kudo señala que es el sueño de un instante que habla del origen, de la evolución, de la situación humana, de la muerte y la resurrección; todo sucede en la vasija vacía: en el cuerpo humano.

El trabajo físico de Taketeru Kudo se sustenta en la búsqueda permanente del corazón de la existencia humana. Su butoh creativo y expresionista es una erupción de sensualidad y emociones primitivas, más allá de los movimientos musculares calculados.

En opinión del bailarín de butoh, la gente se ha separado de su origen, ha perdido sus raíces y tradiciones en todo el mundo; sin embargo, considera que todavía somos seres humanos frente a la gran naturaleza, tenemos cuerpo, y el reto es construir una nueva cultura desde las ruinas de la modernidad.

Imágenes en la memoria, el origen de su inspiración

Nacido en Tohoku, la región noreste de Japón, lugar emblemático donde también nació Tatsumi Hijikata, fundador del género butoh, Kudo comparte que su danza está fuertemente influenciada por el butoh, pero mi inspiración primordial proviene de las imágenes guardadas profundamente en mi memoria.

Añade: “Busco que mi danza sea universal, una danza de aquí y de todos lados. Gracias a la gestión de la compañía mexicana Laboratorio Escénico Danza Teatro Ritual, que dirige Eugenia Vargas, tengo la oportunidad de compartir por primera vez en México mi trabajo de solista.

“Estoy muy contento y emocionado porque también podré impartir dos talleres intensivos y un laboratorio de movimiento en México, así como otro taller en la Facultad de Danza de la Universidad de Xalapa, y bailaré otra de mis obras llamada I, en el Salón de Danza de la UNAM y en Xalapa.”

Al referirse a México, Kudo expresa que no tiene claro cómo el pueblo mexicano mantiene viva su cultura original. “Intuyo que se han separado de sus raíces hace mucho tiempo. Vasija de ruinas es una invitación para que la gente se reúna y recupere su vida original, aunque dure tan sólo el sueño de una noche”.

Fundador de Tokio Gien-kan

Taketeru Kudo realizó estudios en literatura francesa en la Universidad de Keio, así como de actuación, baile moderno y nichibu, una danza tradicional japonesa; finalmente encontró su destino artístico en el butoh. En 1992 empezó su carrera como bailarín solista tras participar con los pioneros del butoh, Koichi Tamano y Yukio Waguri.

Kudo también trabajó con la compañía de danza butoh Sankai Juku, antes de fundar su propia compañía, Tokio Gien-kan, que reúne los espíritus de Jean-Louis Barrault, Vaslav Nijinsky y Yukio Mishima.

La coreografía Vasija de ruinas, de Taketeru Kudo, que permitirá al espectador mirar nuestras coincidencias como seres humanos, se presentará el próximo 2 de agosto a las 20 horas en el Teatro de la Danza del CCB (Reforma y Campo Marte sin número, atrás del Auditorio Nacional).