El caso puso en entredicho ley respectiva
Miércoles 27 de julio de 2016, p. 5
Jaime Rochín del Rincón, presidente de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), al asistir ayer a una reunión de trabajo con la Comisión de Seguimiento a los Hechos de Nochixtlán, reconoció: este caso, junto con el de Ayotzinapa, ha representado una prueba de fuego para la Ley de Víctimas, de la cual no ha salido airosa
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Rochín del Rincón explicó ante senadores y diputados de la Comisión Permanente que la Ley de Víctimas es burocrática, es un obstáculo y es revictimizante para los afectados, que no pueden recibir apoyos económicos y la reparación del daño por los trámites administrativos tortuosos
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Las víctimas de Nochixtlán, sostuvo, han depositado su confianza en el defensor de los derechos humanos de Oaxaca, pero no tienen confianza en las instituciones federales. Ha sido difícil acercarnos a ellos, a que nos tengan confianza, pero afortunadamente ya lo estamos logrando
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Tras describir las dificultades que les representa a las víctimas acceder al fondo de apoyo, pidió a los legisladores que de manera urgente “reformen la ley respectiva para hacerla más ágil; apelo a su sensibilidad.
Ante este reto, abundó, “hemos tenido que actuar con creatividad para solventar cuestiones normativas que obstaculizan la atención. De ese fondo millonario que tenemos, como no se puede utilizar de manera inmediata por los trámites, creamos uno con 2 millones de pesos para garantizar el traslado de 106 víctimas de Nochixtlán, entre ellos niños y niñas –lesionados directa o indirectamente–, a la Ciudad de México.
Estimó que el número de heridos o afectados por ese operativo podría llegar hasta 300 o 350, entre víctimas directas e indirectas. Hasta el momento, dijo, 150 personas han sido revisadas médicamente.
Puntualizó que el domingo la CEAV posibilitó el traslado y alojamiento de 106 personas a cargo y cuenta del organismo. Hasta las 12:15 de este martes se había revisado médicamente a 150 personas, de las cuales ya se había canalizado a tres al Instituto Nacional de Rehabilitación, dos al Instituto Nacional de Neurología y tres más al Hospital Manuel Gea González
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