La ausencia de rusos en el levantamiento de pesas abre más las posibilidades para Bredni Roque Mendoza, quien buscará subir al podio en Río, en sus primeros Juegos Olímpicos, adonde llega como el mejor levantador de pesas de América y quinto de la clasificación mundial en la categoría de 69 kilogramos.

El halterista de cabeza rapada y físico impresionante cumple el sueño que idealizan los deportistas de alto rendimiento en sus comienzos y en caso de conquistar una presea será para México, pues aunque nació hace 28 años en Pinar del Río, Cuba, desde hace cuatro forma parte de la selección nacional.

En un periodo de casi cuatro años Bredni ha dado medallas al país y se quedó a poco de subir al podio en el Campeonato Mundial de Houston 2015.

China, Rusia y Azerbayán ocuparon las tres posiciones del medallero el año pasado. Sin embargo, los representantes del segundo y tercer lugares dieron positivo en controles antidopaje y quedaron excluidos de Brasil, acompañados de los recientes escándalos en el entorno internacional.

Bredni no piensa en eso, sino en lo que enfrentará el 9 de agosto, porque en la batalla estarán los hombres más fuertes en su división; el turco y el coreano, quienes al igual que él aspiran a la gloria olímpica.

Es un sueño hecho realidad y cualquier cosa puede pasar, dijo el subcampeón de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 y monarca continental en Cartagena, Colombia, ese mismo año, con récords de 148 (arranque), 188 (envión) y un total de 336, superando por tres kilogramos lo realizado en la justa estadunidense.

Luego de un proceso largo y complicado, que se definió hace un mes para saber si la plaza olímpica sería para él, Bredni tomó las cosas con más calma junto con su entrenador cubano, Omar Brocha, para mejorar sus marcas rumbo a Río y estar en el grupo A de levantadores que pelearán las preseas en Brasil.

Recuerda que ni cuando estaba en Cuba había mejorado sus levantamientos como lo ha hecho en corto tiempo en México y en la entidad que lo adoptó: Quintana Roo.

En Chetumal, Roque y su esposa Carolina Valencia tienen un gimnasio con el propósito de impulsar una escuela, en una región que se distingue por tener buenos levantadores de pesas.

Le habría dado gusto compartir con ella la experiencia olímpica en Río compitiendo juntos, pero la medallista mundial acaba de salir de una sanción de dos años por dopaje.