Con la mente puesta en lograr el mejor resultado en los Juegos Olímpicos de Río 2016, ayer partió a la principal cita deportiva de cada cuatro años el primer contingente nacional, mientras el especialista en 200 metros planos, César Humberto Ramírez, anunció su baja de la delegación tricolor, debido a una complicación médica que está fuera de mis manos, la cual requiere atención inmediata.

La medallista olímpica en tiro con arco, Aída Román, se mostró impaciente por iniciar lo que será su tercera participación en estas lides deportivas. Quiere regresar con una segunda presea pero sabe que no será fácil volverla a obtener.

Ese es uno de los objetivos, ganar una medalla, pero si me dicen que es una obligación obtenerla yo diría que no lo es, que si se logra es por la preparación que tuvo desde hace varios meses.

A la veterana judoca Vanessa Zambotti la invadió una extraña sensación de alegría y nostalgia, porque si bien será la última oportunidad de lograr una medalla olímpica antes de retirarse, igual sabe que en Brasil dejará el tatami. De ahí su deseo de conquistar un metal.

Lo que pasa es que luego de 15 años de carrera te pones a pensar que estás a unos días de volver a alcanzar la gloria, de lo que estoy segura de poder hacer... pero también sé que debes aprovechar que ya no habrá un después al término de Río 2016, comentó sonriente.

El pesista cubano naturalizado mexicano Bredni Roque Mendoza no cabía de emoción al saber que ahora tengo la oportunidad de destacar por este país que tanto me ha dado y al que no le puedo fallar, por lo que tengo un grande compromiso en la división de los 69 kilogramos.

El pugilista Juan Pablo Romero (69 kilogramos) fue claro al exponer que llegó el momento de demostrar de qué están hechos los boxeadores mexicanos, porque nadie les ha regalado nada y, aunque pasaron por un proceso complicado, ahora estamos a unos días de cumplir un sueño largamente acariciado que, en su caso, es avanzar lo más que pueda y si en ese camino se topa con una medalla, habrá cumplido con creces.

Una parte del equipo varonil de volibol de sala también tomó el vuelo, aunque seguirá hasta Argentina, donde disputará un triangular.

Carlos Guerra, quien se ha desempeñado como capitán de la escuadra, apuntó que el grupo es fuerte y está para dar batalla a quien se le ponga enfrente, aunque tiene claro que no será sencillo.

Se mostró contento de que México pueda ser considerado la Cenicienta del torneo olímpico, porque a veces de quien menos se espera es quien da la sorpresa y en esta oportunidad esa situación podría corresponder al país.

El canoísta veracruzano Marcos Heliud Pulido aseguró que se preparó para estar en la final en canoa individual (C1-200): Me voy a enfrentar con los más grandes, pero no les tengo miedo porque para eso estamos entrenado. Entrené duro y vamos por el mejor resultado para México.