Del verde electoral al rojo social
Maquinaciones en Chiapas
Dividir a los chamulas
Violencia política creciente
hiapas es un laboratorio verde que se está tiñendo de rojo. De esta entidad salió uno de cada cuatro votos del Partido Verde Ecologista de México (el de las cuatro mentiras) en las elecciones de diputados federales de mayoría relativa en 2015 (total nacional del Verde: 2 millones 572 mil votos, de los cuales 676 mil provinieron del estado bajo el mando de Manuel Velasco Coello: http://goo.gl/ecQXIu). Y en los comicios de 2016, para integrar 122 ayuntamientos y el congreso estatal, también arrasó el mismo Verde, jugando en alianzas, según las circunstancias, principalmente con el Revolucionario Institucional, pero también con el Panal y con dos partidos locales que se mueven al influjo del gobernador, Mover a Chiapas y Chiapas Unido.
Disfrazada de modernidad sólo en función de la edad del jefe y los ejecutantes, la estrategia electoral en Chiapas ha reinstalado, bajo tonalidad verde, lo peor del catálogo priísta: resultados electorales desmesurados a favor de los candidatos oficiales, incluyendo casillas zapato; descarado uso de recursos públicos, sobre todo del ramo asistencial, y manejo caprichoso de las candidaturas. Ha de reconocerse una novedad: para elegir un diputado migrante se registraron votos de chiapanecos que, sin saberlo, aparecían oficialmente como sufragantes desde diversas partes del mundo a favor del candidato oficial. Por esta trampa internacional fueron dados de baja consejeros electorales estatales.
Dos obsesiones están en el eje de los movimientos de tablero electoral que realizan Velasco Coello y su equipo: pasar a Chiapas de priísta a Verde Ecologista, acaso como un experimento avalado por Los Pinos, donde se usa y se concibe al PVEM como un recurso alterno. Y, en segundo lugar, posicionar al primer gobernador Verde, Velasco Coello, como precandidato presidencial joven, en una alianza PRI-Verde (cuya novedad sería el ser encabezada no por un priísta sino por el gobernador ecologista
), y con una buscada potencialidad televisiva, a raíz de su escénico matrimonio con la cantante y actriz Anahí, en una reproducción sureña del manual seguido un sexenio atrás, de Toluca rumbo a Los Pinos.
De las aspiraciones presidenciales de Velasco ya se habla menos, pues la pelea interpriísta poco espacio parece ofrecer a opciones externas, con Miguel Ángel Osorio Chong y Luis Videgaray Caso (y los protegidos de éste: José Antonio Meade y Aurelio Nuño, principalmente) en abierta pelea superlibre y con el ex presidente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones (cuyo yerno es una figura importante en el Verde, el senador Pablo Escudero) preparando asomos aún imprecisos (tendrá un encuentro gastronómico-político con legisladores y ex legisladores que pasaron por su coordinación en el Senado y en San Lázaro). En la fotografía actual de los precandidatos a considerar por Los Pinos no aparece Velasco. Incluso se habla de distancia o malestar en esa casa del Poder Ejecutivo por los problemas que el joven gobernador verde ha sumado a la cosecha federal, rebosante de incidentes negativos.
En el terreno específico de lo estatal, a Velasco Coello le ha estallado en San Juan Chamula la acumulación de problemas derivados de la pevemización forzada a que ha sometido a Chiapas. Allí, como en otros municipios, se dividió intencionalmente al priismo, obligando a la postulación artificial de candidaturas verdes a las que el poder estatal hizo ganar. Por las buenas, a veces. Pero casi siempre por las malas, prometiendo (sólo prometiendo) los apoyos
y estímulos
no a nuevas fuerzas o liderazgos, sino a escisiones del priismo retomadas desde oficinas fantasiosas pero impositivas en Tuxtla Gutiérrez.
Domingo López González fue presidente municipal de San Juan Chamula de 2008 a 2010. Por el PRI, pues él era priísta. Aunque en 2010 dejó al tricolor para buscar la candidatura a diputado por la alianza PRD-PAN, en tiempos del aliancista
Juan Sabines (la candidatura fue tumbada por el PRI. Al respecto, leer el muy interesante texto de Araceli Burguete y Margarita Gutiérrez: http://goo.gl/zgCMzv). Pero esta vez, en 2015, le ordenaron que fuera candidato por el Verde Ecologista. E hizo historia (el tipo de historia que le gusta a Velasco Coello, siempre interesado en las primeras veces
o en la etiqueta del más joven
en determinado cargo): fue el primer presidente de ese municipio en ganar a nombre de un partido distinto al Revolucionario Institucional. A pesar de las protestas post-electorales, su instalación como gobernante fue pacífica y fluida, cumpliendo con los rituales del caso. Pero, con una porción social inconforme con la ruptura por capricho de la tradición priísta.
Aún no queda claro si los millones de pesos, por cuyo reclamo fue asesinado el presidente López González, llegaron a las arcas municipales y el funcionario quiso escamotearlos o robarlos, o si ese recurso
jamás fue depositado a la cuenta de San Juan Chamula. Lo cierto es que muchos candidatos a presidencias municipales fueron incentivados por los operadores tuxtlecos de escritorio para postularse a nombre del Verde con la promesa de partidas presupuestales y ayudas extraordinarias que fueron prometidas en campañas electorales y no han podido ser cumplidas, ya sea porque de origen eran desproporcionadas y sin sustento financiero real o porque las cuentas estatales han ido secándose.
Barbarie, desde luego, lo visto en San Juan Chamula. Injustificado el asesinato del presidente municipal, un síndico, un regidor y otras personas, en un episodio aún sin suficiente esclarecimiento a la hora de teclear estas líneas. Cierto es que el hartazgo social ante el incumplimiento de las autoridades va subiendo de grado y ha pasado de protestas, insultos, retenciones
e incluso golpes menores, a la funeral estampa estremecedora vista este sábado. Pero no debe perderse de vista el fondo de un problema social y político creado por maquinaciones políticas futuristas, por pretensiones presidenciales ejecutadas con frivolidad, insensibilidad y desconocimiento de la realidad de abajo. ¡Hasta mañana!
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