A ocho años de iniciar operaciones, la empresa Corredor Oriente Poniente (Copsa), una de las cinco accionarias que operan en la línea 2 del Metrobús, que corre de Tepalcates a Tacubaya, está en quiebra, lo que coloca en riesgo el patrimonio de 82 socios y el servicio que se ofrece diariamente, denunciaron Encarnación Juárez y Nicolás Vázquez.

El consejo de administración, presidido por Óscar Gustavo Pérez Villegas, enfrenta un adeudo de 54 millones 751 mil pesos entre capital e intereses, derivado de la compra de nueve unidades articuladas, y de 5.5 millones de pesos que debe a 70 socios desde hace 14 meses.

A ello se suma la contratación de operadores sin experiencia y capacitación, la falta de pólizas de seguro y mantenimiento, la descompostura de nueve de 24 autobuses y la canibalización de piezas, convirtiéndolos en una verdadera bomba de tiempo, aseguraron.

En conferencia de prensa, en la que anunciaron que impedirán la salida de las unidades de las terminales Tacubaya y Tepalcates, solicitaron la intervención del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, y del secretario de Movilidad, Héctor Serrano Cortés, y se lleve a cabo una auditoría fiscal, administrativa y operativa de la empresa.

Puntualizaron que, aun cuando se trata de una sociedad mercantil, el gobierno capitalino invirtió 8 millones 200 mil pesos para el enganche de los primeros 15 autobuses articulados y toca al Sistema de Transporte Metrobús verificar que todo esté en orden, lo cual no sucede.

Desde la elección del consejo de administración, explicaron, se registraron anomalías, pues se presentaron cartas poder de socios, quienes no apoyaban a Pérez Villegas, una situación similar se registró en la asamblea del año pasado, donde hasta gente muerta firmó, comentó Vázquez Figueroa.

La contratación de pólizas de seguro, que después son canceladas, dijo, es otra irregularidad, y ha llevado a pagar hasta 5.5 millones de pesos a deudos y al abandono de las unidades en el patio de encierro, convertido en un deshuesadero, lo cual repercute en una reducción en la oferta de servicio y en un riesgo para los usuarios, pues nada garantiza que estén en buenas condiciones las que circulan”.

La rotación y renuncia de operadores, por otra parte, ha provocado que de una plantilla de 60, únicamente 17 estén trabajando y no todos cuentan con la experiencia y capacitación requerida, siendo la empresa de Metrobús con mayor rotación de personal, dijo.

Varios de estos problemas, que también enfrentan las otras empresas del corredor, repercute en la prestación del servicio, pues tenemos una cuarta parte de los 101 autobuses que circulan, pero en lugar de realizar 22 corridas diarias, sólo hacemos 15, lo cual disminuye el pago por kilómetro recorrido, que es la medida para pagar a la empresa y ésta cubra la mensualidad de los socios.

Mencionaron que la quiebra de Copsa representaría un fracaso en los esfuerzos de transitar de la figura hombre-camión a empresas operadores de transporte, porque nada garantiza a los socios que tendrán utilidades, pero sí corren el riesgo de perder todo.