Los 43, a la lista de crímenes no resueltos
os padres de los 43 se indignaron porque, dicen, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) se resistió a aceptar los términos para concretar el mecanismo especial de seguimiento al caso Iguala.
No es de extrañar, pues desde el principio el gobierno federal no ha hecho más que poner trabas, primero a la investigación del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y ahora a la propuesta de la Comisión Internacional de Derechos Humanos para dar seguimiento al trabajo del GIEI.
Cuesta trabajo a los familiares aceptar que el gobierno federal, desde el momento en que difundió su verdad histórica
, dio por concluido el caso de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa.
Es obvio, a todas luces, que la desaparición de los muchachos pasa a ser otro de los crímenes no resueltos en la historia del país.
El gobierno de la República superó ya la crisis internacional originada por la tragedia de Iguala; en consecuencia, menos interés muestra en atender las recomendaciones de los expertos independientes, que probablemente conducirían a una verdad que al Estado mexicano no conviene.
Ese escenario explica que la Presidencia de la República se haya visto obligada a aceptar la participación del GIEI –cuya labor siempre obstaculizó– y en la primera oportunidad la haya echado del país y desatendido sus recomendaciones.
Transcurrida la convulsión, aminoradas las protestas en otros países, desgastada la lucha de los padres de familia, menos presta atención a los reclamos, como ocurrió este miércoles en la SRE, en la Ciudad de México.
Lo mismo aconteció con la solicitud que una, otra y otra vez hizo en su momento el GIEI a la Secretaría de la Defensa Nacional para que le permitiera entrevistarse con los soldados del 27 Batallón de Infantería que estuvieron en el lugar de la tragedia.
Igual pasó con la propuesta de investigar a la policía municipal de Huitzuco, acusada de participar junto con las de Iguala y Cocula en la desaparición de los jóvenes.
Así, la SRE transita por el mismo sendero que la Secretaría de Gobernación, que ha engañado siempre a los padres.