Al cumplirse un año de su fallecimiento, en el Senado se rindió ayer homenaje a Manuel Camacho Solís, a quien sus compañeros legisladores, académicos y politólogos recordaron como alguien que siempre privilegió el diálogo y la conciliación.

El jurista e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México Diego Valadez leyó el último párrafo del libro de Camacho Solís La encrucijada, en el que advirtió que el verdadero valor en la política nunca ha estado en amenazar con el uso de la fuerza o construir las razones de la exclusión, sino en tomar en cuenta y responder a la sociedad.

Valadez recalcó que la frase es una reflexión a lo que vivimos hoy. A su vez, Cuauhtémoc Cárdenas resaltó que si Camacho Solís viviera, conociendo su espíritu conciliador, esperaría que continuara la negociación, el diálogo con el magisterio.

En el homenaje, organizado por el Instituto Belisario Domínguez del Senado, la legisladora del PRD Dolores Padierna, resaltó que en estos tiempos oscuros para nuestro atribulado país, el oficio político de Manuel Camacho luce luminoso al lado de quienes, carentes de él, pretenden resolver los conflictos con manotazos autoritarios y con imposiciones irracionales.

Durante la mesa redonda denominada Manuel Camacho y el Estado mexicano, el senador Luis Humberto Fernández Fuentes destacó que fue un gran político que anteponía los acuerdos y los consensos en la negociación.

Fernández Fuentes aseguró que en esta época de elecciones polarizadas y a la puerta de una crisis emergente en el PRD se extraña la estatura política y los buenos oficios de Camacho para lograr acuerdos y acercamientos.

En el acto, al que asistieron la esposa y los hijos del homenajeado, la historiadora y politóloga Alejandra Moreno Toscano comentó que Camacho Solís jugó un papel fundamental como interlocutor en una reforma social que aún continúa, pues el alzamiento del EZLN en 1994 fue un parte-aguas en la vida de México.