Les piden hacer un solo pliego de demandas que incluya las de los pueblos
Marchan unas 3 mil personas, la mayoría docentes; asisten, silenciosos, familiares de víctimas
Lunes 27 de junio de 2016, p. 4
Asunción Nochixtlán, Oax.
En la primera fila de la marcha que pasa al lado de los esqueletos de los camiones de carga, van, vestidos de negro, algunos familiares de los mixtecos que cayeron hace una semana. Detrás de ellos, siempre muy formales, los presidentes municipales con sus bastones de mando.
La marcha, que parte del crucero donde hace una semana la Policía Federal (PF) disparó en contra de los manifestantes, con un saldo de 11 muertos y más de 100 heridos, según el recuento de la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), suma unas 3 mil personas. El grueso de los manifestantes son maestros.
La caminata es acompañada de discursos en los que se reiteran las demandas de justicia, de castigo a los responsables y las mentadas dirigidas al Presidente de la República, el secretario de Educación, el gobernador y a las autoridades municipales.
Contra las insistentes versiones que indican que los maestros han aflojado su actitud en los bloqueos carreteros, Víctor Manuel Agustín Reyes, maestro con 20 años de servicio con el cargo de coordinador regional, dice: ‘‘Seguimos y seguiremos sosteniendo los 37 bloqueos en el estado de Oaxaca hasta que tengamos respuestas concretas en la mesa de la Secretaría de Gobernación (SG) y haya justicia por la masacre de Nochixtlán”.
Al lado de los presidentes municipales, la mayor parte electos por el sistema de usos y costumbres, marchan también los recién electos representantes de los barrios de esta población, que exigen la desaparición de poderes en el municipio y acusan a los hermanos Daniel e Higinio Cuevas, presidente municipal y diputado electo, respectivamente, de haber prestado sus propiedades para que la Policía Federal actuara en contra del pueblo.
Los presidentes municipales reiteran su apoyo a los maestros, pero al mismo tiempo les reprochan no haber estado en la primera línea el día de la represión.
El profesor Alvarado, un supervisor escolar que estuvo preso en el movimiento de 2006, acepta que en las guardias nocturnas participan pocos docentes. ‘‘Tenemos muchos compañeros que ya han probado la represión a lo largo de los años y por eso son más cuidadosos’’.
La marcha no logra sumar a los habitantes de Nochixtlán. La mayoría la mira pasar sin decir nada. Sólo un par de ancianas se plantan en la puerta de su casa con un letrero que exige poner fin a la violencia y ‘‘actuar con inteligencia’’. La caminata llega a la plaza. Sólo los discursos y el palacio municipal quemado son pruebas de lo sucedido, porque el día de plaza parece transcurrir normalmente.
‘‘Este movimiento ya no es magisterial, ya es social’’, dice desde el quiosco Jaime López, presidente municipal de Santa María Apazco, quien resume la petición de las autoridades locales para que la Secretaría de Gobernación instale una mesa de diálogo paralela para atender las demandas de los pueblos y atienda a los heridos y también a las familias de los asesinados.
‘‘La sociedad ha puesto los muertos y nosotros les pedimos a los maestros que pongan su tiempo’’, remata López, quien explica qué quiere decir un documento firmado por varios ediles de la Mixteca y los Valles Centrales, que exige a los docentes el ‘‘saneamiento’’ de sus filas: “Queremos que en las movilizaciones esté el ciento por ciento de los maestros, y también demandamos que se haga un solo pliego de demandas que incluya las de los pueblos.’’
Alejandro Aparicio Santiago, presidente municipal de Tlaxiaco, aprovecha para deslindarse del gobierno de Gabino Cué Monteagudo, ‘‘que hace mucho tiempo no manda en el estado’’, e informa que tres de los muertos son de su tierra y que ‘‘probablemente sean cuatro’’, porque uno de los heridos tiene muy pocas probabilidades de sobrevivir.
En charla aparte, el alcalde de militancia perredista afirma que ‘‘el magisterio ya quedó rebasado, este ya es un movimiento del pueblo’’.
La lista de oradores es enorme, pero los dirigentes magisteriales que hablan no parecen acusar recibo de las críticas de los presidentes municipales. Tres horas después, al concluir el mitin con el clásico himno Venceremos, algunos maestros regresan al crucero bloqueado. La autopista ha sido abierta por un momento.