México impulsa una política social sin asistencialismo, dirigida a incrementar la capacidad productiva de los beneficiarios y a generar y fortalecer sus fuentea de ingreso. Se busca que todos los mexicanos, sin distinción alguna, puedan tener acceso al servicio financiero, afirmó el presidente Enrique Peña Nieto.

Durante la presentación de la Política Nacional de Inclusión Financiera, el mandatario destacó el crecimiento de 56 a 68 por ciento –de 2012 a la fecha– de las personas con algún producto financiero, lo que significa 12.7 millones de usuarios adicionales.

En Palacio Nacional, y con la presencia de la reina Máxima de los Países Bajos, asesora del secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en la materia, el mandatario pidió sentir orgullo de tener aquí una banca sólida, bien capitalizada y con una cartera crediticia sana.

Más tranquilidad y ahorro

Más mexicanos usando los servicios de la banca se traducirá en mayor tranquilidad para el trabajador que ahorra para su retiro, más satisfactores para las familias y mayor financiamiento para los emprendedores, dijo.

Los ejes de inclusión comprenden: educación financiera, uso de innovaciones tecnológicas, desarrollo de infraestructura en zonas desatendidas, mayor acceso y uso de servicios formales para la población subatendida y excluida, mecanismos de protección al usuario y generación de datos y evaluaciones periódicas de las políticas públicas.

México, apuntó, es un país de contrastes y brechas, donde conviven prosperidad y marginación, vanguardia y rezago. Se trata ahora, dijo el mandatario, de otorgar las mismas oportunidades incluso en el tema financiero.

Anunció la generación de alianzas con actores ajenos al sector, como las cadenas comerciales y el incremento de los servicios de la banca de desarrollo en las localidades más dispersas.

Además, para proteger el ahorro de los usuarios, el buen servicio de las instituciones y mayor claridad de las reglas y condiciones de los productos del sector se fortalecerá la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros.

La reina Máxima subrayó a su vez: a pesar del trabajo realizado para la incorporación al sistema bancario, en México muchas personas y empresas enfrentan desafíos para acceder y utilizar esos servicios. Y remitió a datos divulgados recientemente: sólo 44 por ciento de los adultos tienen una cuenta bancaria. Esto es, apenas 33.4 millones de personas.

De éstos, dijo, 9.5 por ciento realiza operaciones de banca móvil y apenas 15 por ciento ahorra en un banco formal.

Y propuso fomentar aún más la competencia en el sector financiero privado, así como incentivos para reducir el uso de efectivo y los costos innecesarios para los consumidores, fortalecer la conectividad de la población menos pudiente y la interoperabilidad, mejorar los mecanismos de identificación de las personas y construir un sistema nacional de pagos digitales fuerte y confiable.

Esto último, destacó la monarca de origen argentino, es muy importante para el envío seguro de las remesas, dado que el reciente comportamiento de disminución de riesgos de los principales bancos internacionales plantea un gran desafío para la prestación de este servicio. Y México sigue siendo, indicó, el cuarto mayor receptor mundial de remesas.

Pero ante todo, dijo, la generación de confianza en el sistema financiero es un elemento fundamental. México puede ser líder regional con el potencial de proporcionar cuentas bancarias a 29 millones de adultos adicionales en 2020. y ofreció su ayuda para lograr ese fin.

En la ceremonia estuvieron también el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, y el titular de la Secretaría de Hacienda, Luis Videgaray, así como diversos agentes financieros.