Dos conciertos en la Sala Nezahualcóyotl
Por su complejidad, exuberancia y originalidad, Turangalila se toca poco en México
Miércoles 22 de junio de 2016, p. 4
La Sinfonía Turangalila, obra majestuosa del compositor francés Olivier Messiaen (1908-1992), inspirada en la leyenda de Tristán e Isolda y su filtro mágico de amor, será interpretada por la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (Ofunam), con el director huésped Sylvain Gasançon, y los solistas Duane Cochran (piano) y Nathalie Forget (ondas Martenot), el sábado 25 y el domingo 26 de junio en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario.
Por su complejidad, exuberancia y originalidad, Turangalila es una de las obras orquestales más fascinantes del siglo XX, y por su naturaleza poco se toca en México, explica Duane Cochran (Detroit, 1955), quien por tercera vez la interpretará.
En entrevista con La Jornada, el pianista estadunidense, quien radica en México, indica que Turangalila es una obra especial porque la primera vez que la interpretó fue en la clausura del Festival del Centro Histórico hace 10 años.
“Es una pieza magnífica que habla sobre el amor, porque Messiaen fue un compositor que después de la Segunda Guerra Mundial hizo el Cuarteto para el fin de los tiempos y se volvió muy religioso”.
El título Turangalila proviene del sánscrito y une turanga, que significa movimiento, ritmo, y lila que se refiere al amor. La obra habla del amor de Tristán e Isolda, el amor ilícito, intenso, que es tan perverso y fuerte que la única manera de llegar a la unión máxima es a través de la muerte. Hay momentos en que sientes que estás en el cielo o en algún lugar con los pies en la tierra
, señala Cochran.
Imponente canto al amor
Messiaen fue un compositor que combinaba el canto de los pájaros con la música, pues hizo una traducción de los sonidos de las aves a la sistematización de las notas; además, experimentó con instrumentos poco usuales como las ondas Martenot, uno de los primeros aparatos electrónicos que apareció en 1928.
El imponente canto al amor fue compuesto por Messiaen entre 1946 y 1948, por encargo del legendario director de orquesta y mecenas Serge Koussevitzki, y la estrenó la Orquesta Sinfónica de Boston en 1949, con la batuta de Leonard Bernstein.
“En Turangalila, Messiaen expresa todo lo que traía en su cuerpo y eso no lo podía hacer sólo en cuatro movimientos que es normalmente una sinfonía, por eso la hizo en 10; algunos nombres de los movimientos son medio siniestros, de mucho carácter, y los otros hablan del amor”, señala el pianista estadunidense con 50 años de trayectoria.
La partitura del compositor francés requiere de una orquesta numerosa, se utilizan muchos instrumentos de percusión y participan dos solistas.
“Hay muchos contrastes en la obra. Hay momentos en que es muy suave el sonido y está hecho de cuatro temas; el primero se llama de estatua y curiosamente está basado en México, porque cuando Messiaen visitó este país vio el Monumento a la Revolución y le pareció una gigantesca estructura, como una estatua pesada y esto se refleja con el sonido de los trombones.
También está el tema de la flor; es una música muy suave y fina, aquí intervienen los clarinetes y luego viene el tema del amor que se utiliza durante toda la pieza, hay una sucesión de acordes
, explica Cochran, también coreógrafo, quien se formó de manera profesional en México y recientemente celebró su 50 aniversario de músico.
La partitura de Messiaen dura 80 minutos. La primera vez que Cochran la interpretó fue en 2005, con la Orquesta Sinfónica Nacional, y la segunda, con la Ofunam, en 2007.
La Sinfonía Turangalila, que forma el programa 10 de la segunda Temporada de la Ofunam, será interpretada el 25 de junio a las 20 horas y el día 26 a las 12 horas en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario (Insurgentes Sur 3000, Ciudad Universitaria).