La Habana.

El cantante argentino Fito Páez ofreció ayer en el teatro Karl Marx un concierto por los 30 años de su disco Giros, con el que cerró una gira latinoamericana.

La relación con la mayor de las Antillas se prolongó desde su primera visita al país al punto de que a partir de ese instante nada deja de emocionarlo, aunque en los años 90 los cubanos llamaban Fito Páez a los pollos flacos.

Durante una conferencia de prensa, a su llegada a La Habana, el autor de El amor después del amor dijo que Cuba es su casa, un lugar donde se siente amado, cuestionado y protegido.

La empresa PM Records, productora del espectáculo, aseguró que se vendieron los más de 5 mil 500 boletos de entrada.

El roquero rosarino interpretó todos los temas de Giros y éxitos de otros momentos de su carrera musical, la cual se inició en 1979, cuando fundó el efímero grupo Neolalia.

En Giros están todas las influencias del rock argentino, reconoció Páez, quien en 1992 se convirtió, junto con su grupo, en la primera banda de habla hispana que tocó en la Plaza de la Revolución, con más de 40 mil asistentes, según sondeos de la época.

El músico agradeció al trovador Pablo Milanés, a quien debió su primera visita a la isla y su retorno. “En 1986 asesinaron a mi abuela y a mi tía abuela; yo estaba muy frágil, entonces grabé Giros sobre todo aquel momento y Pablo Milanés me invitó a venir al Festival de Varadero.

Aquella visita me salvó la vida, comentó el intérprete de Yo vengo a ofrecer mi corazón.