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Nuevo cine alemán en la Cineteca
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Fotograma de Alicia en las ciudades, del director alemán Wim Wenders
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on motivo de la celebración de los 50 años del Instituto Goethe en México, la Cineteca Nacional ofrece, a partir de esta semana y en colaboración con dicha institución, un ciclo de 10 películas representativas de uno de los periodos más fértiles e interesantes de la producción germana. Se trata del llamado nuevo cine alemán, realizado entre 1962 y finales de los años 80. Lo destacable en esta revisión, no es tanto la consideración estética y formal de cada una de las obras presentadas, pues el criterio de la selección ha sido atinado y riguroso, lo que garantiza de entrada la calidad de la propuesta, sino hacer énfasis en la significación sociocultural de un impulso fílmico que duró casi tres décadas y que, de modo más agudo que corrientes similares en Francia e Inglaterra durante los años 60, reflejó un cuestionamiento profundo y durable de cuestiones hasta hoy día pertinentes: la azarosa búsqueda de una identidad nacional después de la Segunda Guerra Mundial así como la fragmentación territorial y los duros saldos culturales que arrojan los años del conflicto armado y el reconocimiento tardío del Holocausto.

A principios de los años 60 es evidente la crisis de un cine alemán que en épocas anteriores, particularmente durante los años 20, auge del expresionismo, había sido resplandeciente. En 1961 la cinematografía germana no obtuvo un solo premio en el Festival de Cine de Berlín debido a la escasa o nula calidad de las películas presentadas. Frente a esa situación de penuria, un puñado de cineastas jóvenes, deseosos de realizar su primer largometraje, proponen, durante el octavo festival de Oberhausen, en 1962, un manifiesto en el que reivindican su libertad artística y su alejamiento de las convenciones comerciales dominantes. Más importante aún, los nuevos directores (los pioneros Jean Marie Straub, Volker Schlöndorff y Alexander Kluge) rompen el silencio en torno del pasado reciente alemán y cuestionan no sólo la actuación de sus padres durante la guerra, sino, sobre todo, la persistencia del fascismo en diversos campos de la vida social y cultural de los años 60. Hacia 1968, para el nuevo cine alemán es más crucial insistir en una purga del pasado nazi, que insistir en el tema de una identidad nacional o de una reunificación territorial que, en ese momento, parecen inalcanzables. En el medio fílmico prevalece, además, una hegemonía cultural de izquierda con un claro tinte antifascista, y así lo manifiestan las primeras cintas contestatarias de Fassbinder, con su novedosa exploración del melodrama, y las cintas de Margarethe von Trotta y Hans Jürgen Syberberg. Otros cineastas, de rápida popularidad, como Herzog y Wenders, se orientan mientras tanto hacia búsquedas más subjetivas en torno de las nociones de soledad, desarraigo y nomadismo existencial.

La enorme diversidad y riqueza del nuevo cine alemán le vale una vigorosa promoción en el extranjero. En 1972, por ejemplo, el Instituto Goethe organiza un programa de 17 largometrajes y 12 cortos en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, y cuatro años después las revistas Time y Newsweek dedican portadas a la generación de los nuevos cineastas rebeldes. Fassbinder conquista, por su parte, el premio de la crítica en Cannes, en 1974, con su película El miedo devora las almas. El reconocimiento mundial no domestica, sin embargo, el ímpetu contestatario de los cineastas alemanes, algunos de los cuales denuncian en 1978, con mayor brío, el autoritarismo oficial y la hipocresía de las buenas conciencias ciudadanas en el filme colectivo Alemania en otoño (una obra que merece ser vista en México). Lo que viene después de la caída del muro de Berlín y la reunificación alemana es ya otra historia, y el propio Instituto Goethe y las sucesivas semanas de cine alemán la han referido puntualmente en México. La situación actual en una Europa donde, de nueva cuenta, la extrema derecha amenaza su democracia y las libertades, tiene en este cine de los años 60 y 70 un referente insoslayable, prácticamente una vieja advertencia siempre viva. Por ello importa hoy revisar las cintas que proponen el Instituto Goethe y la Cineteca Nacional, con Kluge, Fassbinder, Von Trotta, Herzog, Wenders, Farocki, Handke, Straub, Meerapfel y Schroeter, como emblemáticos nombres de una disidencia fílmica alemana.

Títulos, sinopsis, fechas y horarios: www.cinetecanacional.net

Twitter: @Carlos.Bonfil1