a petrolera británica BP hace un inventario anual sobre el petróleo y la energía. Ahora, para el año terminado, elaboró el BP2015, y entre sus informaciones da la producción de petróleo crudo de cada país. La nación que más retrocedió en su producción, el primer lugar del desastre, fue México, con una caída de 7 por ciento. El estudio dice que la baja es de 200 mil barriles diarios; los otros perdedores están lejos.
La producción de 2014 de Pemex fue de 2 mil 429 miles de barriles diarios, y la de 2015, de 2 mil 267 miles. No llega a los 200 mil de caída, pero ya en el primer trimestre de este año –con 2 mil 230 miles–, prácticamente los alcanza. En cualquier caso, no perdemos el primer lugar.
Por el lado contrario, el primer lugar en el aumento de la producción de crudo lo gana Estados Unidos, con un alza de un millón de barriles diarios. El segundo y tercer lugar son Brasil y Rusia, con 180 mil y 140 mil barriles diarios, respectivamente. Siguen otros con menores aumentos de producción.
Como vemos, en el año pasado las trasnacionales petroleras de Estados Unidos prefirieron invertir en su propio país. No siempre ha sido así. Conocemos la historia de los años que culminaron con la expropiación, los de la posguerra, etcétera.
Ahora vemos que los funcionarios de Pemex han llevado a esa institución a un nivel tal de desastre, que empresas del norte que invirtieron aquí en el petróleo, a pesar de los elogios y concesiones de los políticos oficiales mexicanos, mejor se regresaron a invertir a su propio país.
El petróleo se ha mantenido como la principal fuente de energía del mundo, con 32.9 por ciento de la energía total.
A los funcionarios de Pemex les encanta hablar sobre el crecimiento. Vamos a ver cuáles han sido las principales formas de crecimiento y decrecimiento del petróleo crudo en México.
Cantarell ha sido el área de más producción de crudo en México, con 2 millones 128 mil barriles diarios, en 2004. Bajó a la mitad en los siguientes cuatro años, y en 2008 produjo mil 9 barriles, poco menos de la mitad.
En 2016 redujo a menos de una quinta parte respecto de 2008, 186 mil barriles diarios, menos de una décima parte de su valor máximo, en 2004.
La única área con crecimiento sostenido del crudo es Litoral Tabasco, con alza en la producción de crudo de 9.5 veces de la del citado Litoral en 2016, en relación con 2003. Los valores son respectivamente 38.5 miles de barriles diarios, para 2003, y para 2016, 364 miles.
La principal baja en la producción de gas natural se da en Burgos, en el noreste del país. De la mayor producción en 2009, de mil 515 mmpcd (millones de pies cúbicos diarios) bajó en 2016, a 903 mmpcd, o sea, que la rebaja de la producción fue de 522 mmpcd, 35 por ciento, que en porcentaje no es la más alta, sino Veracruz con menos producción, pero con una baja de 59 por ciento.
La única elevación importante y sostenida de gas natural es también de Litoral Tabasco. De una producción de 87 mmpcd en 2003, se aumentó sostenidamente hasta llegar a mil 10 mmpcd; es 11.6 veces más, y es también ya 20 por ciento de la producción total del gas en cuestión.
Como vemos, el único caso en que se ha logrado un aumento importante y sostenido es Litoral Tabasco. En los otros casos más conocidos ha sido un desastre.
En esta última zona no sólo se extraen crudo y gas; no sólo se empieza a transformar a éstos, sino que continúa su exploración. Se han encontrado incluso nuevas áreas y se han iniciado nuevos pozos. Esa es una de las bases –no la única– del aumento sostenido de la producción.
En cambio, hace poco vimos que la exploración actual es tal a escala nacional, que las reservas se reducen. En la edición del 5 de junio se mostró que las reservas de crudo bajaron de 9.6 años de reservas en 2014 a 8.1 años en 2015. ¿Qué tiene de raro que la producción nacional de crudo vaya en caída libre? ¿Qué tiene de raro que vaya cayendo más?
En general, la política de los funcionarios es congruente con la caída permanente de la producción, y la política de trabajo de Litoral de Tabasco es congruente con el crecimiento sostenido. Así que los funcionarios pueden echarle la culpa a los maestros movilizados o a quien quieran, pero la realidad muestra que la culpa es de ellos, y de su política económica y su corrupción.