Una de las colecciones privadas de arte contemporáneo de Brasil más importantes del continente americano se muestra en México por vez primera para que el público descubra la original fuerza expresiva que surgió en ese país durante el siglo XX.

El Museo Nacional de Arte (Munal) es el anfitrión de la exposición Antropofagia y modernidad: arte brasileño en la Colección Fadel (1908-1979), que incluye más de 150 obras de la prestigiosa Colección Hecilda y Sérgio Fadel.

La muestra reúne lo mejor de esos artistas que devoraron lo extranjero para transformarlo en algo completamente nuevo, de ahí que usaran el término antropofagia como la metáfora idónea para explicar sus propuestas.

Durante la inauguración de la muestra, el jueves por la tarde, el titular de la Secretaría de Cultura federal, Rafael Tovar y de Teresa, expresó que Antropofagia y modernidad permitirá al público descubrir los paralelos con México en la universalidad de sus creadores, pues existen grandes coincidencias entre el movimiento estridentista y el manifiesto que pronunció el poeta, ensayista y dramaturgo Oswald de Andrade en 1928 y que dio lugar al movimiento artístico brasileño que se presenta en nuestro país; es un ejemplo de las coincidencias entre ambas naciones y sus culturas.

En la ceremonia de apertura estuvieron también presentes Hecilda Fadel y su hija Marta, salvaguardas de la colección, así como el embajador de Brasil en México, Enio Cordeiro, quien señaló que la exposición es producto de la colaboración entre tres países, debido a que la curaduría fue realizada por el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), institución que por primera vez colabora con el Munal.

Se conocerá otra cara de Brasil a través de la vanguardia que mantuvieron sus artistas a lo largo de las décadas y que guardan un fuerte lazo con las propias vanguardias que se desarrollaron en México, hermanando así a ambas naciones mediante su arte y cultura, reiteró Cordeiro.

Del barroco colonial a la época actual

La coordinadora ejecutiva de curaduría del Malba, Victoria Giraudo, detalló que la Colección Hecilda y Sérgio Fadel cuenta en total con 3 mil obras que cubren un periodo desde el barroco colonial hasta la época actual.

Para las 11 salas que ocupa Antropofagia y modernidad se eligió a los artistas que insertaron al país sudamericano en el panorama del arte internacional, con base en el mencionado manifiesto que, aludiendo a la antropofagia, buscaba digerir todo modelo de Europa y transformarlo en arte brasileño.

Ciento tres pinturas, cinco dibujos, seis grabados, 21 esculturas, 23 obras mixtas y una instalación muestran desde el primer modernismo en Brasil, la relación entre las raíces autóctonas, la modernización internacional, hasta los caminos de los nuevos creadores hacia el arte contemporáneo.

El movimiento Antropófago contó con gran participación de mujeres artistas, como Anita Malfatti, Tarsila do Amaral, María Martins, Lygia Clark, Lygia Pape, Marília Giannetti Torres y Wanda Pimentel, presentes en esta exposición.

Cuando uno ve arte, aprende a descubrirse y a autoconocerse, añadió Giraudo, al explicar que Brasil siempre ha sido arte. Antes de la llegada de los europeos, los brasileños tenían arte, magia y rituales. Esta exposición es una pequeña parte de un país gigantesco que reúne distintas culturas, climas y topografías, y todo esto ha impactado en el arte.

En el arte brasileño del siglo XX, indicó, el punto de unión es la antropofagia, el deseo caníbal de tomar del otro, comerlo, deglutirlo y transformarlo en algo nuevo.

El director del Munal, Agustín Arteaga, habló acerca de una figura sustancial para el desarrollo del arte en Brasil, el poeta Oswald de Andrade (1890-1954), quien escribió dos importantes manifiestos: el Pau-Brasil, en 1924, y el Antropófago, en 1928, el cual formó las bases de un nuevo movimiento cultural latinoamericano.

En México tuvimos el movimiento estridentista con un manifiesto publicado por Manuel Maples Arce en 1921, lo que nos da oportunidad de tener un diálogo y una reflexión de cómo en ambos países hubo voluntad de crear un arte que fuera nacional, respondiera a lo que los europeos creaban y, sobre todo, los desafiara, puntualizó.

Final abierto

El recorrido por la exposición Antropofagia y modernidad se inicia con el núcleo temático titulado El primer modenismo en Brasil, donde se aprecia la intención de los artistas por convertir a Río de Janeiro en la París latinoamericana; fue una época de intercambio entre artistas y poetas que viajaban a la capital francesa y regresaban con nuevas ideas, como el cubismo.

Ahí destaca Tarsila do Amaral (1926-1930), esposa de Oswald de Andrade, una de las grandes pintoras brasileñas que quiso descubrir su país y pintó lo social, lo popular y el campo. Su óleo La muñeca, que pintó en 1928, es una muestra de las enseñanzas que obtuvo de movimientos como el cubismo, el fauvismo y el surrealismo; mezcla elementos geométricos con los colores de la selva brasileña.

La crisis política y financiera de 1929, el muralismo brasileño, el surrealismo, la transición de lo figurativo a lo abstracto, el arte orgánico, el arte de ruptura, el concretismo, el neoconcretismo y el inicio del arte contemporáneo, etapas plasmadas en las obras de autores como Belmiro de Almeida, Vicente do Rego Monteiro, Emiliano Di Cavalcanti, Cícero Dias, Candido Portinari, Lasar Segall, Waldemar Cordeiro y Hélio Oiticica también están presentes en la exposición que, en opinión de la curadora, tiene un final abierto, porque el arte continúa; no termina en los años 70 del siglo pasado. En realidad ahí empieza el arte contemporáneo, por lo que faltaría una segunda parte.

Antropofagia y modernidad: arte brasileño en la colección Fadel (1908-1979) concluirá el 28 de agosto en el Museo Nacional de Arte (Tacuba 8, Centro Histórico).