Las autoridades capitalinas provocaron la chatarrización del servicio de transporte colectivo al autorizar sólo cuatro aumentos a la tarifa en 20 años, mientras los insumos requeridos para la operación de las unidades se incrementaron en más de 200 por ciento, señalaron concesionarios.

El mal servicio que prestan muchos conductores, los accidentes y las muertes en que se ven involucrados, reconocieron, han generado malestar entre los usuarios, quienes no sólo apoyan, sino que exigen la salida de los microbuses.

Los transportistas dijeron estar dispuestos al cambio, pero demandaron certeza jurídica y apoyo financiero para hacerlo, pues del sector dependen alrededor de 100 mil familias de manera directa e indirecta.

Pasajeros consultados consideraron urgente que desaparezcan. Es un mal necesario porque no tienes de otra para llegar a tu destino, pero el servicio que dan es nefasto, empezando porque el chofer va frene y frene y acelere y acelere.

A ello se suma el pésimo estado físico de las unidades, que están sucias y son estrechas para que dos personas puedan estar espalda con espalda y todavía permitir el paso de otra para bajar por la puerta trasera, explicaron.

Además, “te tienes que fletar La Zeta o al Panda (una estación de radio y un locutor), y correr el riesgo de que te asalten o te obliguen a dar algo para evitar un susto mayor, con la cantaleta de que acaban de salir del reclusorio y quieren reformarse”.