En los pasados 12 años, el incremento de vehículos particulares en la zona metropolitana del valle de México creció 53 por ciento, al pasar de 3.6 a 5.5 millones, con una ocupación promedio por unidad de 1.2 personas, cuyo impacto se refleja en contaminación, congestión de vialidades y que una persona pase hasta 24 días al año en su carro, afirmó Adriana Lobo, directora ejecutiva de CTS-Embarq.

Al presentar el proyecto Avenue, de movilidad disruptiva, explicó que con éste se busca ofrecer alternativas complementarias al transporte público que ayuden a desincentivar el uso individual del automóvil, por medio de viajes compartidos, traslado de gente con discapacidad motriz, entrega a domicilio y renta de cajones de estacionamiento.

Se trata, dijo, de ofrecer las mismas ventajas que un auto particular, como seguridad, comodidad, fluidez y optimización del tiempo, y a un costo menor, comentaron los impulsores de esas opciones de movilidad urbana.

No es una competencia con los actuales servicios de transporte, sino incentivar nuevas alternativas centradas en las necesidades del ciudadano, afirmó Lobo, quien consideró que la sustitución de l5 mil microbuses en tres años es viable, de existir un plan de financiamiento.