a UNAM hizo público recientemente el Informe del Desarrollo en México 2015, anunciado como el primero de una serie que se propone contribuir a la toma de decisiones económicas, sociales y ambientales en el país. El documento fue producido por el Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) y difunde sus resultados de investigación. Informar sobre el desarrollo es importante: la UNAM se propone analizar los avances y retrocesos registrados en el país en conseguir desarrollo. Por ello arranca discutiendo el concepto mismo de desarrollo.
La economía política, desde sus orígenes, se ocupó de la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones y de la manera en que esta riqueza se distribuía. Para los economistas clásicos, la noción de desarrollo incorpora contenidos políticos y culturales que han orientado propósitos sociales, que privilegian estrategias que efectivamente produzcan mejoras en las condiciones de vida de los grandes grupos de la población. Consecuentemente, el concepto de desarrollo en el curso de la historia ha sido cuestionado, reformulado, corregido y reducido o ampliado.
En los tiempos del neoliberalismo se intentó convertirlo en un propósito académico, casi equivalente a alcanzar la utopía. Sin embargo, la pertinencia de la discusión en torno al desarrollo resistió, convirtiéndose en la noción ordenadora de la cooperación internacional, sacándolo de la academia y ubicándolo en la sociedad, en las comunidades de diverso tipo y, en definitiva, en las propias personas. La aspiración social propuesta por múltiples actores globales y nacionales es un desarrollo con democracia, respeto y expansión de los derechos humanos. Un desarrollo, en consecuencia, que se plantea la generación de las condiciones en que se realiza la libertad, requisito para una construcción social distributiva.
Analizar el funcionamiento de nuestro país utilizando como parámetro el desarrollo es importante. Implica definir lo que requerimos y la manera en que pretendemos lograrlo. Se analizan las políticas y las estrategias públicas, los programas de desarrollo. El informe advierte sobre la necesidad de profundizar el debate sobre la situación en que vivimos, así como las alternativas que se abren en una hora que se plantea como crucial. Los temas discutidos en este informe sobre el desarrollo remiten a problemas clásicos y contemporáneos.
Entre los primeros están los conflictos estructurales que de tiempo atrás definen la economía, condicionando los resultados sociales y las capacidades públicas para promover el desarrollo. La pobreza es ineludible, como lo es la desigualdad, lo que implica evaluar el paquete de políticas públicas que el Estado ha operado. La revisión presentada muestra que en 2014 la incidencia de la pobreza en las tres líneas definidas (alimentaria, de capacidades y de patrimonio) registra niveles similares a los de 1992.
La política de superación de la pobreza que se han propuesto desde hace más de 30 años se caracteriza por la focalización de los programas. Se ejecuta por medio de múltiples programas: el Coneval contabilizó 5 mil 904, de los cuales 273 son federales, 3 mil 788 estatales y mil 883 municipales. Focalizados, pero dispersos es lo distintivo. En relación con la desigualdad, el informe da cuenta de que entre 1977 y 2014 la distribución del ingreso se ha mantenido prácticamente sin cambios. El 20 por ciento más rico de la población, el que se registra en los deciles noveno y décimo, concentra arriba de 50 por ciento del ingreso nacional. Del otro lado de la distribución, los deciles primero al cuarto han ganado peso relativo.
El análisis de los riesgos sociales, que pasa por reconocer que para garantizar el desarrollo es necesario gestionar adecuadamente los riesgos y las vulnerabilidades que, por supuesto, afectan más a la población con mayores desventajas, llega a una conclusión fundamental: el modelo de desarrollo mexicano ha profundizado los riesgos sociales; entiendo que riesgo es el concepto, pero no me gusta porque recuerda a delincuencia y no a vulnerabilidad económica que enfrenta la población. Mucho más podría resaltarse de este informe. Su difusión, análisis y discusión resultan decisivos para intentar cambiar el rumbo de nuestro país.
