e chamaqueó él sólo, y en el jalón intencional se llevó a algunos medios de comunicación, columnistas, comentaristas, un caricaturista de derecha (Paco Calderón), así como ciertos conductores y opinantes en radio y televisión que de inmediato avivaron la hoguera oficialista para agregar quemaduras de impostura contra la estampa del monstruo sin sentimientos que el titular de la Secretaría de Educación Pública dibuja en busca de estigmatizar a la lucha magisterial contra la reforma privatizadora.

No se detuvo el sargento de la SEP a verificar identidades, adscripciones laborales ni circunstancias: de inmediato disparó desde su cuenta tuitera contra la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en su vertiente chiapaneca. Condeno categóricamente los actos violentos de la #CNTE en contra de supervisores y directores en #Chiapas, fue su primer mensaje en el reino del pajarito azul, apenas sucedidos los hechos. Luego: Los agresores serán dados de baja del servicio educativo y llevados ante la justicia. Esa misma falacia dolosa del darlos de baja del servicio educativo (con lo que se declaraba oficialmente que los agresores son parte de ese servicio) fue reproducido por uno de los subsecretarios (el neoleonés Javier Treviño Cantú) del elenco de apoyo a Aurelio Nuño Mayer en el que destaca quien fue (¿es?) vocero de Carlos Salinas de Gortari, el hidrocálido Otto Granados Roldán. Así, Lope de Nuño creyó escribir la versión moderna de la trama perteneciente al Siglo de Oro español: “¿Quién trasquiló a los profesores? –CNTEovejuna, señor. –¿Quién es CNTEovejuna? –Todos los profesores, a una”.

Pero el teatro doloso no aguantó ni la primera función, pues el mismo martes comenzó a mencionarse lo que saltaba a la vista en los videos que los altos funcionarios no quisieron o no supieron leer con prudencia y sin inquina: el encargado de tusar a los respetables profesores era un joven que podría ser alumno, pero difícilmente maestro, y los comitecos de inmediato mencionaron que ese grupo pertenecía a la Organización Popular Independiente Emiliano Zapata, presuntamente en apoyo a la CNTE más no parte de ésta. Pero, en esas horas iniciales, a la SEP y su castrense titular lo que importaba era excitar el entendible enojo social contra abusos tan evidentes: exacerbar, inducir, envenenar.

En la mañana del miércoles, Ciro Gómez Leyva entrevistó en su programa de Radio Fórmula al profesor Armando Castellanos, uno de los directivos escolares vejados (supervisor de la zona escolar seis, de Comitán), quien de manera enfática e insistente, sin sombra alguna de duda, aseguró que entre los ofensores no había ni un solo maestro. Nadie de la CNTE, ningún profesor, ni uno. Castellanos incluso precisó que él apoya el movimiento magisterial, porque creo injusto, totalmente injusto la aplicación de la tan cacareada reforma educativa, que no es una reforma educativa, es una reforma laboral (https://goo.gl/hbvJbh).

La maestra María Dolores Guillén Ruiz, directora de una escuela primaria en Comitán (cuya imagen fue una de las principalmente difundidas a la hora del tijereteo capilar), dijo a Fredy Martín Pérez, del confiable portal Chiapas Paralelo, que tiene claro que la agresión que sufrió hoy, por parte de una organización ligada a un partido político progubernamental, forma parte de las consecuencias de la política gubernamental por imponer la reforma, y de las presiones de la Secretaría de Educación para imponer una falsa lucha entre maestros (http://goo.gl/yqq2YE). Partícipe ella misma en manifestaciones contra la reforma laboral para maestros, alcanzada incluso por gases lacrimógenos en alguna ocasión, consideró que las acciones en contra suya y de sus directivos se debió a mala información de los mismos compañeros y señaló que van a pagar libros, van a pagar uniformes, (el gobierno) va a privatizar la educación y tenemos nietos y no queremos que ellos sufran una reforma educativa.

Ayer mismo fue detenido uno de los dirigentes de la organización popular acusada de la humillación a los directivos escolares. Pero no está de más mencionar que, aun cuando los indicios disponibles exentan a la CNTE sureña de responsabilidad en este episodio específico, prácticas y actitudes parecidas se han observado en ocasiones anteriores, en acometidas que lesionan intereses colectivos y distancian a grupos sociales de tales luchas. Lo sucedido con los profesores trasquilados no pudo haber sido ignorado por el liderazgo de la resistencia, que suele imponer férreas restricciones hasta con la prensa, como sucede agresivamente en Oaxaca: los maestros multimencionados fueron obligados a descalzarse, caminaron unos dos kilómetros y medio por calles de Comitán, y los obligaron a llevar pancartas de afrenta, antes de proceder al grosero corte de cabello.

Bien harían el secretario Nuño y su corte burocrática y mediática en ofrecer disculpas por haber acusado sin fundamento (mentir, pues) a la CNTE de los trasquilados infamantes, y bien harían los movimientos sociales como el de los profesores en evitar que haya acciones violentas contra quienes con legitimidad asumen posturas diferentes a las suyas, peor cuando los ultrajados son directivos obligados bajo presión extrema a cumplir encomiendas con las que no están de acuerdo.

Astillas

Un grupo de empresarios de Ciudad Juárez dejaron al candidato independiente José Luis Barraza y ahora apoyan al panista Javier Corral, en busca de un voto útil que logre rebasar al priísta Enrique Serrano, continuidad del impugnado mandatario actual, César Duarte Jáquez… Y, mientras al fin han terminado las campañas de este país eternizado en procesos electorales (aunque ahora parte de la guerra partidista se traslada, con bots y troleo, a la arena sin reglas del Internet), ¡hasta mañana, con una clara estrategia priísta en busca de anular elecciones en Puebla (pero también en otras entidades), donde Blanca Alcalá no pudo con la maquinaria estatal del precandidato presidencial panista Rafael Moreno Valle!

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