Para la cantante Lila Downs presentarse ayer en la ciudad de Londres, a la que regresó después de un lustro, fue en cierta forma un reto de poder expresar mediante su canto la riqueza cultural de México, nuestra tradición, tan hermosa, rica y variada, y al mismo tiempo dejar el mensaje de que es necesaria la justicia (y) seguir expresando la realidad.

La artista mexicana ofreció un concierto en el Royal Festival Hall, ubicado en el sur de la capital inglesa, como parte de la gira de promoción de su más reciente álbum, el número nueve de su carrera, Balas y chocolate, material, afirmó, “que agradece a Latinoamérica el cacao, que es un regalo para el mundo, pero que también ofrece una mirada al acontecer de la sociedad latinoamericana.

Hace cinco años que no veníamos a Londres (y por ello) trajimos un repertorio un poco diferente, expresó en entrevista exclusiva con La Jornada, pues no sólo preparó temas de este disco –del cual se desprenden temas como Humito de Copal, La Farsante, Son de difuntos y la que le da título–, sino de sus álbumes anteriores.

Además, quiso aprovechar “la oportunidad de hablar de géneros mexicanos, que me encantan, como la chilena de la costa de Oaxaca –que ha sido parte de nuestra historia musical–” y compartir algunos blues, que preparó especialmente para el público, por el idioma; también probando cosas nuevas (y) hablando un poco sobre migración, agregó.

Aunque se dijo contenta por su visita a Londres, también señaló que ésta le generó “emociones encontradas, porque, por una parte es el país, la raza de mi padre –quien era escocés-estadunidense–, eso genera contradicciones y sueños de vida, y la realidad, de gente como Donald Trump, así como esta situación de separación, de insultos con la que hay que lidiar”.

En ese sentido, expresó que su trabajo, junto con muchos artistas, es tratar de unir a los mundos y de entendernos un poco más. Es una labor de toda la vida. Ahora, alguien de pronto decide destruir todas esas intenciones. Vivimos en un mundo civilizado en el que intentamos hacer la paz, entender (comprender), leer acerca de nuestra historia, y es una pena estar enfrentándonos a un personaje de corte fascista.

Para Lila Downs, el precandidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, de cierta manera está uniendo más a la comunidad latinoamericana, lo cual también es un acierto. Quizás, a veces, se nos tiene que empujar un poquito para que nos esforcemos en sacar nuestra identidad correcta, pero sí nos involucramos más políticamente.

Mole y mezcal

Por otro lado, la intérprete de La patria madrina, tema que hace referencia a los desaparecidos, expresó que para ella, en ese sentido, “es importante no pensar que las cosas ya se han resuelto, cuando no (es así) y, por tanto, continuar pidiendo justicia, expresando la realidad. Seguimos en la búsqueda de la verdad.

Como artista me corresponde cantarlo, pero también mostrar el lado increíble del arte que somos nosotros y, claro, mi Oaxaca, que es el lugar de donde parte la cuestión visual que me interesa, desde el textil y la comida, como el mole y el mezcal.

Lila Downs adelantó que ya trabaja en nuevo material artístico, una especie de obra, no sé si llamarle obra de teatro, de música o de qué. Estamos escribiendo una historia basada un poco en algunas leyendas latinoamericanas.

Asimismo, expresó su deseo de trabajar con Anthony and The Johnsons: posiblemente habrá a futuro alguna invitación para hacer algo con esta inquietud de trabajar música más con visuales y teatro.

La cantante, quien recientemente colaboró con la Organización Panamericana de la Salud en una campaña para prevenir las muertes maternas, continuará su gira por Estados Unidos; se presentará en ciudades como Los Ángeles, San Francisco, Texas y Chicago, en esta última con el mariachi Los Camperos de Nati Cano, el 28 de octubre.