En alusión a la iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto sobre el matrimonio igualitario, el cardenal Norberto Rivera Carrera criticó que esa propuesta no haya sido consensuada con la población, a diferencia de lo que ocurrió con la más reciente exhortación apostólica del papa Francisco La alegría del amor, la cual plantea la visión de la Iglesia católica sobre la familia y el casamiento.

Al oficiar una misa con motivo de la conmemoración de Corpus Christi en la plaza de Tlaxcoaque del Zócalo, el arzobispo primado de México refirió que a la Iglesia se le tacha a veces de que no es democrática, cuando consideró a todo el mundo (en relación a la exhortación). Y ahora se presenta una iniciativa que a nadie se le consultó, señalamiento que detonó los aplausos de la feligresía.

En la homilía, el jerarca criticó a las estructuras injustas que empañan la visión de la grandeza del matrimonio, fruto de la unión entre un hombre y una mujer.

Lamentó la existencia de estructuras que en ocasiones se institucionalizan y adquieren reconocimiento legal, pero que sólo generan pobreza económica, educativa, intelectual, relacional y moral, y ante las cuales debemos trabajar sin descanso en la construcción de la civilización del amor, recomendó Rivera Carrera.

En medio de la discusión sobre la propuesta presidencial de matrimonio igualitario, recordó que el pontífice argentino consultó dos veces a las iglesias del mundo sobre temas relacionados con la familia y enfatizó que también en dos ocasiones reunió a obispos y a representantes de todos los credos en dos sínodos para consultarlos sobre estos aspectos.

“El resultado ustedes lo conocen: su carta Amoris laetitia, que contiene con toda precisión la enseñanza de la escritura y de la Iglesia, a través de los siglos y actualizada sobre lo que es el matrimonio entre un hombre y una mujer. Este documento explica con toda claridad lo que significa la categoría de género que se quiere imponer”.

Añadió que el papa Francisco, después de haber realizado esa auscultación, instruye a los católicos sobre dichos temas, incluido el respeto a la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural. No es una carta que se sacó de la manga, resaltó el cardenal.

En el mismo tema de las estructuras injustas, llamó a los fieles a denunciarlas. Algunas de estas estructuras de pecado tienen manifestaciones violentas que llenan las planas de los periódicos y de los noticiarios por las muertes que diariamente producen. Imposibilitan reconocer la dignidad del ser humano que merece respeto a lo largo de toda su vida, desde el momento de la concepción hasta su muerte natural en cualquier condición en que se encuentre todo ser humano, el cual merece no solamente respeto, sino toda nuestra colaboración y ayuda para su dignificación.

Posteriormente en la procesión hacia la Catedral Metropolitana, cientos de católicos pidieron por la paz, la reconciliación, la familia y los matrimonios cristianos; las mamás embarazadas y los bebés en el vientre materno, y por la unidad de los mexicanos.