Buenos Aires.

El presidente argentino, el derechista Mauricio Macri, reconoció en su declaración patrimonial bienes por más de 110 millones de pesos (7.6 millones de dólares), el doble de lo declarado hace un año, cuando se postuló candidato a la presidencia, y admitió tener una cuenta en el el paraíso fiscal de Bahamas.

El año pasado, Macri declaró cuentas en Estados Unidos y Suiza, pero este año agregó una en Bahamas por casi 19 millones de pesos.

En abril pasado se conoció que Macri figuraba en la dirección de por lo menos dos empresas offshore en Los papeles de Panamá, filtrados al periódico alemán Süddeutsche Zeitung, que los entregó al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.

Macri había negado tener cuentas offshore. Ahora justificó el incremento en su declaración jurada porque valuó sus acciones en sociedades anónimas cuando en 2014 les había asignado un valor simbólico de un centavo (son por lo menos siete empresas).

La declaración patrimonial del presidente se conoce en un momento complejo en el país. Los incrementos a tarifas de gas, luz, agua, transportes y otros han minado la aprobación con que la que llegó a la Casa Rosada el 10 de diciembre pasado.

Una encuesta de la Universidad Nacional de San Martín determinó que 71.7 por ciento de los consultados cuestionó duramente la política económica del gobierno y en especial los tarifazos; 25 por ciento de los que están en desacuerdo absoluto votaron por Macri.

Para 73.57 es insostenible el aumento de precios en alimentos y en todo. Casi 54 por ciento dijeron estar mucho peor que hace un mes, y 30 por ciento de ellos votaron por Macri.

En el sur, la situación se caldea cada día. El gobernador de la provincia de Río Negro, Alberto Weretilneck, sostuvo que no sirve el tope de 400 por ciento en el aumento de gas en tarifas residenciales y de mil 400 por ciento a los comercios. Más aún, calificó la situación de política de guerra, en guerra y no en una democracia.

El gobierno de Macri acaba de anunciar que apelará de todos los recursos de amparo que se presenten, con lo cual se abre otro duro frente de discordia.

Los festejos del 25 de mayo, fiesta patria, fueron motivo de severas críticas. Se ordenó poner vallas en la Plaza de Mayo. No se permitió pasar a nadie para que Macri y su comitiva caminaran desde la Casa Rosada hasta la cercana Catedral Metropolitana para el Tedéum que se celebra todos los años.

Es la primera vez en la historia que la Plaza de Mayo está vallada para la población. Un grupo de personas golpeó las rejas con lo que tenía a mano, pero no cambió nada. Además, a poca distancia había un campamento de cooperativistas en protesta contra el gobierno de la ciudad de Buenos Aires.

Es un escándalo político que un gobierno haya rechazado la presencia popular y que además la plaza estuviera rodeada como en un ejercicio de guerra, con varias fuerzas de seguridad, por una falsa alarma que transmitió la ministra de Seguridad, Patricia Bulrich, ante la detención en una zona lejana de la sede gubernamenal de un grupo que intentaba incendiar un automóvil.

La funcionaria dijo que habían detenido a terroristas que intentaban llegar a la Plaza de Mayo con bombas molotov. A media mañana la policía advirtió que eran los quemacoches, que casi todas la semanas se dedican en esa zona a quemar automóviles. En este caso se atribuyó también a que grupos de taxistas han intentado quemar automóviles privados que trabajan con Uber.

El mensaje del arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, durante el Tedéum fue también especial. Que no nos paralicen las estadísticas. No perdamos la sensibilidad de escuchar y redoblar esfuerzos y servicios ante el dolor de los más pobres, de las familias que sufren por carecer de lo esencial. Que la atención priorice a los chicos y los mayores, los más vulnerables. No permitas que nuestras promesas defrauden a la gente, dijo el también cardenal.

Pidió a Dios coraje para crear espacios y mesas donde compartir la sabiduría del diálogo, donde las ideas superen las ideologías y donde nadie se levante hasta encontrar acuerdos razonables y duraderos, de los que dependen tantas vidas, proyectos y sueños.

En su homilía pidió fortaleza para ordenar toda nuestra inteligencia al servicio del bien común, que el genio que muchas veces nos distanció se convierta en ingenio para que todo argentino e inmigrante de buena voluntad que comparta nuestros días tenga tierra, techo y trabajo, lo elemental.