Con el hallazgo de la osamenta de una persona de sexo femenino, Dalia, de 700 años, suman cuatro los entierros prehispánicos localizados en el centro histórico de Xochimilco.

Los restos óseos corresponden, según estudios preliminares, a una mujer, acompañados por una ofrenda funeraria compuesta por puntas de proyectil, navajillas de obsidiana, restos de animales y cerámica Azteca II y III, entre otros objetos, informaron especialistas de la Dirección de Salvamento Arqueológico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

La osamenta, según los expertos, se halló depositada en posición dorsal extendida, es decir, bocabajo y con los brazos entrecruzados a 90 grados, orientada al noroeste a 1.30 metros de profundidad.

El equipo encabezado por la arqueóloga Sahira Rincón Montero descubrió esos restos el pasado 13 de mayo en la calle Pedro Ramírez del Castillo, durante los trabajos de renovación del drenaje profundo que se realizan en esa demarcación.

Aunque las observaciones preliminares sugieren que se trata de una persona de sexo femenino, se practicará un análisis osteológico detallado, adelantaron.

La estimación del sexo la realizó Jessica Cerezo Román, adscrita al departamento de antropología de la Universidad Harvard, basada en la observación de dos características óseas: la apófisis mastoide (prominente proyección redondeada del hueso temporal localizado detrás del conducto auditivo externo) y la forma de los arcos superciliares (la cresta ósea situada arriba de la cuenca de los ojos).

La experta dijo que esa osamenta tiene una deformación craneal de tipo tabular con presión en el hueso occipital.

Los entierros de Dalia (nombre asignado por los vecinos de la localidad por ser una de las flores representativas de la región conocida como acocoxochitl) y de Teodoro (uno de los otros tres individuos localizados en la excavación a finales de abril, en la calle Nezahualcóyotl) muestran un mismo patrón.

Las inhumaciones se caracterizan por incluir cuatro capas de preparación: la primera es de cerámica doméstica, ricamente decorada y acompañada de navajillas de obsidiana; la segunda tiene rocas ígneas y tezontle; la tercera presenta cerámica con restos óseos de animales; la cuarta, barro quemado que se encuentra en contacto con el esqueleto depositado durante el periodo posclásico tardío (1300 dC), según las temporalidades del material cerámico con el que está asociado.

Sahira Rincón indicó que essos hallazgos revelan que los xochimilcas inhumaban a sus seres queridos en sus casas, lo cual significa que en el pasado esta parte del centro de Xochimilco fue zona habitacional.

Los restos de los cuatro entierros prehispánicos se encuentran en el Archivo Histórico de la Casa del Arte de Xochimilco, facilitado por la delegación para el resguardo temporal de las evidencias arqueológicas registradas durante la obra.