Santiago.

La presidenta Michelle Bachelet rindió su informe de gobierno ante el Congreso este sábado, en el que dio a conocer reformas, como la gratuidad de la educación superior, a poco más de dos años de su gestión. Durante su discurso en la sede del legislativo, en el centro de la ciudad de Valparaíso estallaron violentos disturbios y varios edificios fueron incendiados, lo que dejó saldo de un muerto.

Mientras manifestantes encapuchados se enfrentaban contra la policía, Bachelet se refirió en su discurso a la reforma educativa, a los planes de inversión del gobierno para superar la desaceleración de la economía y a la implementación de leyes y nuevas políticas para eliminar la discriminación de género.

Si hay algo que ha provocado un antes y un después para cerca de 130 mil familias este año, es el inicio de la gratuidad de la enseñanza superior, que representa 54.3 por ciento de los alumnos que ingresaron a las universidades este año, aseveró Bachelet.

Además, dijo que enviará el mes próximo al Congreso la ley que definirá de forma permanente las bases de la gratuidad paulatina en la educación superior.

La mandataria reconoció las dificultades económicas que enfrenta el país con un crecimiento que ronda 2 por ciento, y anunció planes de inversión en infraestructura para dinamizar la economía y el empleo. Además, la creación de un ministerio de ciencia y tecnología en el segundo semestre de este año.

En la agenda social, Bachelet enfatizó las políticas que tienden a la equidad de género, como el objetivo de alcanzar que 40 por ciento de directoras de organismos públicos sean mujeres, y anunció que apoyará las leyes que apunten a elevar las penas en los casos de violencia intrafamiliar.

Afuera del Congreso, las calles de Valparaíso se transformaron en campo de batalla entre algunos manifestantes, cuya afiliación se desconoce, y la policía, que con tanques lanza agua y gases lacrimógenos intentaban dispersar a la multitud, mientras que debido al lanzamiento de bombas molotov se produjeron varios incendios, provocando al menos un deceso.

Con una virulencia criminal inédita, unos 200 encapuchados, organizados en pequeños grupos, al estilo de la guerrilla urbana del siglo pasado, impidieron que la policía concentrara su acción represiva y atacaron en diferentes puntos a la vez.

Hubo saqueos, incendios en dos edificios del centro de Valparaíso y una farmacia destruida. El cuidador de unas oficinas municipales, en el tercer piso del mismo inmueble, resultó muerto.

La víctima fue Eduardo Lara Tapia, de 70 años, con más de 20 al servicio del ayuntamiento de este puerto, quien se asfixió por el humo de las bombas que incendiaron el edificio donde se encontraba.

La mandataria manifestó su profundo pesar por la muerte de Lara, calificó el acto de deleznable y señaló que Chile completo repudiaba la violencia.

En las calles, los encapuchados actuaron con herramientas, como grandes mazos, con los que rompieron bancas de cemento para arrojar los fragmentos y destruir las cortinas metálicas de los negocios, donde no se robó, sólo se destruyó, entre otras cosas, una tienda telefónica del mexicano Carlos Slim.

Nadie se explica, como manifestó la diputada Camila Vallejo, cómo esos mazos, de más de 15 kilos de peso, pasaron inadvertidos para los carabineros. En las manifestaciones hubo unas 3 mil personas y el saldo fue de 37 detenidos.