Fueron años aciagos. Marco Peribán tuvo que reponerse de una derrota cuando intentó ser campeón mundial por segunda ocasión en mayo de 2014. Para un retador levantarse implica apuntalar el ánimo y volver a escalar en la clasificación, pero al mexicano todo se le revolvió.

Le llegó otra derrota y además vivió días de miedo cuando fue extorsionado por delincuentes que tenían estudiados todos sus movimientos, quiénes integraban su familia y cuánto había ganado en su carrera como boxeador.

No dormía, recibía llamadas telefónicas y temía que en cualquier momento le hicieran algo a mi familia, cuenta Peribán.

Perdió autos y parte de su patrimonio para quitarse de encima a los delincuentes. El desánimo afectó su preparación. Después de tener grandes peleas en Estados Unidos me descuidé y creo que eso me afectó, perdí las ganas de todo, recuerda el peleador supermediano que por momentos pensó en abandonar el boxeo.

Cuando hace el recuento, Peribán también menciona lo que vivió con Julio César Chávez junior, quien decidió subir a la categoría supermediana. Yo era el número uno de la clasificación, pero a Chávez junior se le antojó subir de categoría y sin pelear terminó como retador oficial, cuenta Peribán. Yo entiendo que había sido campeón del mundo, pero llegó a invadir una categoría donde había peleadores esperando una oportunidad.

Peribán regresa este sábado en la Arena Coliseo, lo hará ante un peleador sin mucho nombre. Pero el peleador celebra regresar al cuadrilátero y poco le importa que sea ante un desconocido.