En el boxeo, calentar una pelea significa alimentar el interés con declaraciones subidas de tono. Generar curiosidad a partir de bravuconadas, especular resultados entre dos peleadores en el cénit de su éxito. O como considera el presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Mauricio Sulaimán, que hace un símil con las películas taquilleras, aquellas que todo mundo espera con impaciencia para el estreno.

Hay peleas que de tanto calentarlas llegan tibias, dice Sulaimán al referirse al combate obligatorio entre el campeón Mundial Saúl Canelo Álvarez y el monarca interino Gennady Golovkin por la unificación del título mediano.

El mundo quiere la pelea, no sólo ellos; sería el combate del año y, tal vez, de una época.

Las declaraciones de uno y otro lado, la presión de los empresarios y de la afición hacen pensar al titular del CMB que esta pelea llega en el mejor momento y para dignificar el boxeo actual.

Sulaimán confirmó que el lunes se envió la carta para que en dos semanas los involucrados negocien de manera libre, pero de no llegar a un acuerdo, el 24 de mayo la pelea se pondría a subasta. Esto es, para que se haga cargo la mejor oferta para realizar la función.

Algunos de los obstáculos en debate son las condiciones que pretende imponer Canelo Álvarez, quien busca pelear en 155 libras (70 kilos) y no en 160 (72.5), que exige la división. El otro es un tema de ganancias.

Sulaimán no cree que el peso se convierta en un problema insalvable. Como argumento recuerda peleas en las que se pactó un peso que dejó satisfechos a los contendientes. Lo de los porcentajes en las ganancias se reparte 70 por ciento para el campeón y 30 para el retador, pero cuando hay un monarca interino se pueden negociar los porcentajes, explica Sulaimán.

Lo conveniente para todos –acepta Sulaimán– es que el combate se concrete para este año. Una postergación, sin embargo, no le parece que afectaría ni la imagen del Canelo ni la del CMB, que ordenó la pelea tras otorgarles una pelea voluntaria que ambos ya cumplieron.

“El Canelo Álvarez siempre traerá consigo la desventaja de una etiqueta de que no convence”, concluye Sulaimán. Haga lo que haga seguirán reclamando que no convence.