Trituradores de hojas, pipas, empapeladoras para hacer cigarros, hojas de colores y sabores para envolver yerba y hasta máscaras completas para fumar mariguana y tabaco, entre otras sustancias, se venden en locales ubicados en calles del Centro Histórico.

Basta caminar por República de Venezuela para ver cómo se ha extendido el mercado de parafernalia y artículos de uso para los fumadores, en pleno día e incluso con policías capitalinos que recorren estas calles para resguardar a los miles de compradores.

No es ilegal. Cada vez hay más locales de éstos porque, aunque los productos tengan figuras de mariguana o sepamos para qué son, su venta aquí es como la de la ropa en Mixcalco, comenta un uniformado apostado en la 3ª cerrada de la calle Del Carmen, a sólo unos metros de uno de los comercios.

En una tienda atendida por tres personas que se comunican por radio para coordinar el envío de cajas con mercancía de un local a otro, entra un joven con su novia.

Observan y tocan los pequeños molinos redondos, de metal, de plástico y con figuras decorativas, como un extintor rojo de cerca de 5 centímetros de alto, el cual, les explican, sirve para quitar los cocos o semillas a la mariguana y quede sólo la hoja.

Caminan un poco más y toman una máquina de dos rodillos que cabe en la palma de la mano. Sirve, les comentan, para que los churros salgan bien hechecitos, parejos, como un cigarro de verdad. Compran uno por 80 pesos, aunque los hay más caros, depende de la calidad.

Al entrevistarlos, contestan y explican lo que saben sin ninguna contrariedad, hasta que se les pregunta si son consumidores abiertos. Entonces quieren saber quién los interroga: Lo hacemos sólo entre amigos que también lo hacen.

¿Quiénes más visitan estos locales? No son clientes o curiosos, sino decenas de señoras, quienes en una mañana entran para comprar de cinco a 10 bolsas de cajas de papel arroz para hacer cigarros, que compran desde 10 pesos el paquete con 70 hojas y después revenden hasta en 25 o 30 pesos en distintos tianguis y puntos de la capital.

Algunas llevan otros productos, como esencias en gotas, pequeñas pipas, un humificador de yerba y adornos, como llaveros y bolsitas. Es que eso se vende menos porque es un poco más caro y no todos lo usan, explicó una de las compradoras.

De acuerdo con el estudio sobre el consumo de sustancias sicoactivas en la Ciudad de México, elaborado por el Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones, la edad promedio del comienzo del consumo de mariguana en hombres y mujeres es a los 14.3 años, mientras de alcohol es de 12.5 en hombres y 12.8 en mujeres, seguido por el consumo de sustancias inhalables, con un promedio de edad de consumo a los 13.2 años para hombres y 12.9 para mujeres.

Las delegaciones con consumo de mariguana mayor a la media en la Ciudad de México son Azcapotzalco, Gustavo A. Madero, Iztacalco y Coyoacán.