Nacido príncipe del rock con el grupo Santa Sabina, con el que consideró que entró por la puerta grande a la escena musical, la historia para Poncho Figueroa con su más reciente banda, Los Jaigüey, ha sido distinta: Me tocó agarrar el pico y empezar a picar piedra otra vez, explicó el bajista, quien junto con los hermanos Gustavo y Ricardo Jacob celebra una década del trío sobre los escenarios con el lanzamiento de dos nuevos álbumes: Los Jaigüey Laiv in Zürich y III, de los que ofrecieron un adelanto en la Fonoteca Nacional.

El primer disco, que estará disponible esta semana, es una producción grabada en vivo por Georg Hoffman en un concierto del trío en Suiza, en 2015, como parte de su más reciente gira Los Jaigüey 2 yurop 2. Esta placa, que contiene siete piezas, es una foto de cómo somos en vivo y fuera del país. No hay mucha diferencia en realidad, pero con el público y el ambiente, es interesante. Si no has visto a Los Jaigüey, ese es un disco muy bueno para tener referencia del trabajo de los tres músicos sobre el entarimado, abundó Figueroa.

Sonido jipi, colorido

Por otro lado, el álbum III, financiado enteramente por los seguidores del grupo por medio de Fondeadora –su estreno se prevé en mes y medio máximo– tiene un sonido medio jipi, tenemos canciones más densas y fuertes, pero también muchas muy luminosas, con un afán optimista de honrar la feminidad, a y a la madre tierra, entre otras cosas. Es colorido.

Entre las piezas que integran este material y que presentaron como adelanto en la Sala Murray Schafer del inmueble de Coyoacán, destaca Tototli, escrita en náhuatl –única en esa lengua en el repertorio de la banda–, compuesta por el baterista Ricardo Jacob. “Es como un canto a su chamaquito, tototli (significa) ‘pajarito’ (y) le dice de manera tierna ‘estás despertando, háblale al creador’, es un poco lo que expresa la letra”, detalló Figueroa, quien estudió esa lengua cuatro años.

También interpretaron –acompañados por Emiliano Mota en la flauta– las nuevas canciones New Sensations, El loco de la montaña –dedicada al venerable anciano de la tradición chichimeca que vive en San Juan Tepenahuac, en Milpa Alta, explicó el bajista– y Un día a la vez; a ellas se sumaron El lenguaje del amor, Pedernal, Gente de siempre, Amor de locación, Una historia o dos y La Yesca.

Nos gusta más tocar en vivo

Figueroa admitió que tardaron bastante tiempo en lanzar su nuevo disco, pero es que no somos muy fans del estudio; nos cuesta un poco de trabajo meternos a grabar. Nos gusta más tocar en vivo. Sin embargo, agregó en entrevista que para el disco III compusieron 18 piezas, de las cuales ocho quedaron fuera –una con Jessy Bulbo–, pero las vamos a ir sacando.

Este año, Los Jaigüey celebran su primera década de vida. Quisiéramos que nos hubiera ido todavía mejor, pero en realidad 10 años para un grupo de rock en México es poco tiempo, expresó el bajista, ex integrante de Santa Sabina, quien detalló que lo ocurrido con su antigua banda “y esa generación (de músicos) fue algo muy coyuntural en la historia del país: la cantidad de grupos que había, lugares, recursos. Otra fue la historia.

“Nací príncipe del rock, es decir, desde la primera vez que tocamos con Santa Sabina hubo luces, tuvimos ingeniero –fue (Jorge) Chiquis Amaro– y Alfonso André procuró la tocada. Entramos por la puerta grande. Ya después con Los Jaigüey me tocó agarrar el pico y empezar desde abajo; en realidad lo que estamos haciendo es el camino”, expresó.

Celebrarán con un concierto en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris el próximo 25 de septiembre. Va a ser un (espectáculo de) Los Jaigüey con cuates, vamos a invitar a muchos. Lo que queremos es armar una pequeña orquesta en cada canción. Estamos planeando quién participará en cada tema, adelantó Figueroa, y realizarán un recorrido por toda su discografía –Los Jaigüey (2009) y Haciendo tiempo (2013)-, será como una antología de los 10 años. Aunque antes, presentarán su nueva producción en foros pequeños.

Por lo pronto, el trío llevará su propuesta de rock a Guanajuato e Irapuato, el 3 y 4 de junio, y a Texcoco, estado de México, el día 10 del mismo mes.