El Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro celebró ayer el Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor con la jornada #ViajoyLeo, en la que usuarios de todas las edades intercambiaron libros en las estaciones Revolución, Hidalgo, Chabacano, Copilco y Mixcoac.

Los metronautas que alrededor de las 12 horas descendieron del enorme convoy en la estación Revolución, con dirección a Cuatro Caminos, se encontraron a su paso con un letrero que decía: Viajoyleo, trueque de libros. Señores de la tercera edad, madres con sus hijos, mujeres con bolsas del mandado, la mayoría movidos por la curiosidad, se acercaron al módulo donde había varios libros.

Las personas se enteraron en ese momento de que debían llevar un libro para tomar otro, algunos continuaron con su trayecto y los más interesados preguntaban a los organizadores: ¿Estarán todos los días? ¿Cuándo se acaba?

Se informó que el trueque sólo sería ese día y que terminaba a las 17 horas. Desilusionados por no llevar un ejemplar para intercambiar, se marchaban, pero no con las manos vacías, ya que de manera paralela al trueque los usuarios podían llevarse de manera gratuita algún ejemplar de El ciempiés y la araña, del escritor argentino Juan Gelman, con ilustraciones de Eleonora Arroyo, y un fistol conmemorativo.

La edición del texto de Gelman es especial, pues se abre en forma de acordeón y mide un metro debido a que su redición forma parte de la iniciativa Un metro de lectura, que surgió en 2014.

Entre la multitud que transitaba por el espacio subterráneo sobresalían los jóvenes, que tenían conocimiento de la iniciativa por las redes sociales y el hashtag #ViajoyLeo.

De sus mochilas, los jóvenes sacaban tres libros –que debían cumplir con las condiciones de estar en buen estado, sin tachaduras y con las páginas completas– para intercambiar por otros.

El joven Benjamín Torres Perez cambió Morir todos los días, de Vicente Quirarte, y El principito, de Antoine de Saint Exupéry, por el texto de saberes arcanos y magia ritual El Necronomicón, de Lovecraft, y de Jaume Cabré, Señoría.

A esta práctica de intercambiar obras literarias acudió también Rodrigo Beltrán, quien se enteró de la iniciativa en una página de libros de Internet.

Otros de los libros que se distribuyeron en las estaciones del Metro como parte de la jornada #ViajoyLeo fue El diablo y yo nos entendemos, del poeta mexicano Jaime Sabines.

Para celebrar el 400 aniversario luctuoso de Miguel de Cervantes Saavedra y de William Shakespeare, así como el centenario del natalicio de Elena Garro y Gonzalo Rojas, y al poeta Rubén Darío, fallecido hace un siglo, se colocaron frases de los célebres escritores en los andenes del transporte subterráneo.

En la estación Hidalgo, rumbo a Cuatro Caminos, se lee en uno de los muros: Corolario: amor es un abismo de luz y sombras, poesía y prosa, de Rubén Darío, mientras una pareja se besa recargada en esa frase, sin percatarse de que se hacen parte de la poesía dariana.

Entre el ruido del convoy y de los torniquetes, y los murmullos de los transeúntes se desarrolló #ViajoyLeo, con motivo de la efeméride instituida por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.